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El ciclista que lucha contra el cáncer a golpe de pedal hace escala en La Rioja

Daniel García es una persona especial. Nacido en Puertollano, pero residente en Esplugues de Llobregat, es un aficionado al deporte durante toda su vida. Ha practicado fútbol, tenis, atletismo, ultramaratones, resistencia y ciclismo. Es un auténtico experto. Pero no queda ahí su historia. A raíz de varias experiencias, decidió volcarse en la ayuda contra el cáncer infantil.

Su proyecto (‘Entre Parlaments’), busca visitar a los quince presidentes de los parlamentos autonómicos peninsulares y recorrer 4.000 kilómetros (3.200 pedaleando) en un mes. El objetivo es llegar a recaudar 16.000 euros en favor de la plataforma de San Juan de Dios, en perenne lucha contra esta lacra.

Todo empezó en 2012, con una aportación a un niño enfermo de cáncer poco frecuente, Ian García. Sus padres solicitaron ayuda a través de la televisión y él quiso ayudarles. “Colaboré económicamente, el niño está vivo tras dos intervenciones en Estados Unidos. Ahí me convencí de que tenía que hacer algo más”, explica Daniel. Tras pasar por varios problemas familiares, fue con su nieta a la UCI del Hospital San Juan de Dios (Barcelona). Ese momento fue la chispa para iniciar el proyecto.

Pese a que su deseo hubiera sido visitar todos los parlamentos; Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla suponen un problema logístico difícil de solucionar. “Pese a todo, les mandé a todos los parlamentos toda la historia, el dossier, mis objetivos y los días que iba a pasar por cada ciudad para agradecerles su tiempo y su posible ayuda económica, destinada a la plataforma del hospital San Juan de Dios (paralosvalientes – Entre Parlaments). Además, la iniciativa se ha enviado a Moncloa, La Zarzuela (alegaron problemas de agenda), el Congreso de los Diputados y el Senado.

La ruta

Daniel salió de Barcelona el 31 de mayo, donde recibió el apoyo del Parlament. Este lunes llegó a las Cortes Aragonesas. Siguiendo el curso del río Ebro, llegó a Logroño. “Tenía que contactar con la presidenta del Parlamento de La Rioja, pero me han comunicado que no había actividad parlamentaria. Intentaré por tanto, contactar de forma particular”, explica. Sus siguientes pasos serán Pamplona y Vitoria, donde ya ha concertado reuniones.

El final del recorrido está previsto para 1 de julio. Serán 29 días en marcha y dos de descanso (tanto en Santander como en Madrid), más uno posible entre Sevilla y Granada, a una media de cien kilómetros por día. El reto es conseguir cinco euros por cada kilómetro pedaleado, que en su totalidad irán destinados al Hospital de San Juan de Dios: “Yo he creído que con mi bicicleta y con mi voluntad de ayudar a los demás podría conseguir vencer al cáncer infantil. No me mueve otro objetivo. Esto no tiene nada que ver con el cáncer de adultos. Son cosas totalmente diferentes”.

Su mayor enemigo será el calor, pero él está convencido de lograrlo. Al haber realizado pruebas de resistencia de 600 kilómetros, es un esfuerzo que perfectamente puede soportar. Pero más allá del deporte, prima la solidaridad. “Mis siguientes pasos serán Santander, Santiago de Compostela, Valladolid, Madrid, Toledo, Mérida, Sevilla, Cartagena, Valencia y Barcelona”. También confirma que el apoyo en Cataluña y Aragón le ayuda a continuar con el proyecto.

“Está bien la concienciación y el apoyo moral, pero la aportación económica es importante, porque ayuda a hacer investigaciones”, reconoce.  Las diferentes instituciones contactadas han mostrado su disposición a aportar dinero. No a título institucional (no se puede), pero sí a título personal, de algunos diputados y también personas particulares. También alerta sobre las estafas, afirmando que son una auténtica lacra y que manchan la imagen de las personas que realmente quieren ayudar (en referencia al último caso en Aragón y La Rioja).

Consciente de que la cuestión política puede alargarse debido a la situación post electoral, considera tener algo más de paciencia para encontrar futuras respuestas: “Volveré a visitar aquellos parlamentos donde no haya podido contactar. Yo confío en que se puede lograr el objetivo y que conseguiremos ayuda”. A nivel privado, cuenta con alguna aportación empresarial de Esplugues de Llobregat para costearle su viaje. No es mucho pero todo ayuda.

Su paso por tierras riojanas

Daniel llegó este lunes a la capital riojana. Eligió como alojamiento el Monasterio de San Agustín, lugar que ha repetido en anteriores visitas a la ciudad por su buen trato y sus condiciones de alojamiento. No pasará ni siquiera un día en Logroño y se lamenta por no haber podido visitar un centro hospitalario. “Llegué a las seis y media y tengo que estar en el convento a las ocho, por cuestión de tiempo me es imposible”, explica.

Entró en la Comunidad Autónoma por la zona de Alfaro. A partir de ahí, remontó toda La Rioja Baja (Rincón de Soto, Calahorra, Alcanadre, Agoncillo, Recajo y por fin Logroño). “He hecho mucho tramo por la N- 232 y otros por pistas de tierra, un poco por dónde me era más cómodo”, relata. El momento más difícil ha sido la llegada: “Me di cuenta de que había entrado a la autovía sin querer, así que me di la vuelta y busqué un camino de tierra. Llegué a Bodegas Murrieta, pregunté y llegué a un polígono”, explica. A partir de ahí, una travesía recta le llevó directamente hacia la estación de tren.

Lo que más le sorprendió fue encontrarse a poca gente. “Sólo me encontré a dos peregrinos”, admite. Este martes ha intentado ir al Parlamento y hablar con algún diputado. No ha tenido éxito y debe proseguir la ruta, aunque promete contactar con la presidenta más tarde. Abandona así la tierra del vino en dirección a la vecina Comunidad Foral de Navarra. Siguiendo el Camino de Santiago a la inversa, llegará a Pamplona, su siguiente destino.

 

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