Oyarbide es uno de los grandes apellidos de la cocina española. Y Carlos uno de los nombres que ha ayudado a darle lustre. Cuando los fogones y los fogoneros no ocupaban espacio ni en las televisiones, ni en las revistas, ni en los diarios ni en el imaginario de los españoles, Carlos Oyarbide ya daba de comer a lo más granado de la sociedad madrileña en sus restaurantes de La Moraleja y El Plantío, en la capital del Reino.
Después trasladó su negocio a Marbella, donde durante nueve años dirigió Oyarbide Gastro. En el arranque de 2016 volvió a Madrid, a la milla de oro del Barrio de Salamanca.
Ahora, atendiendo la petición de Carmen (su mujer) para jubilarse en su tierra, ha encontrado en Bodegas Manzanos el compañero de viaje ideal. Tiene dos ideas: cumplir con ese deseo de su pareja y hacer realidad esa aventura que es regresar a la tierra que siempre le ha acompañado en su cocina. Ya se sabe de la dificultad de profetizar en la de uno. Duro reto por delante para Oyarbide.
‘Carlos Oyarbide at Bodegas Manzanos’ está llamado a ser el proyecto definitivo del cocinero navarro. Ha conseguido crear un coqueto y acogedor espacio dentro de la bodega ribereña (en la carretera de San Adrián a Azagra, a diez minutos del centro de Calahorra) en el que de martes a domingo dará comidas y cenas (estas, por encargo).
Laura Mateo, directora general de Manzanos Wines, y Carlos Oyarbide
Para celebrarlo, en la noche de este viernes, Oyarbide y Bodegas Manzanos reunieron a más de doscientas personas del sector empresarial de La Ribera navarra y de La Rioja.
Laura Mateo, directora general adjunta de Manzanos Wines, dio la bienvenida al cocinero navarro. Oyarbide, por su parte, agradeció la confianza de la familia Fernández de Manzanos y la fidelidad de su compañera de vida, su esposa Carmen. El chef expresó su deseo de demostrar todos esos deseos de gratitud “dando de comer magníficamente bien”.
“Y espero que todos los que estáis aquí vengáis a partir del martes, comáis, disfrutéis y paguéis, que es la mejor forma para que esto marche bien”, sentenció con humor el cocinero navarro para cerrar la velada.
