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Un viaje inolvidable para David

La victoria de la UD Logroñés en Badajoz esconde momentos especiales y vivencias que se quedarán para siempre en la memoria de sus protagonistas. Es el caso de Nacho Somalo (padre) y David Somalo (hijo de diez años). Ambos viajaron hacia el Nuevo Vivero para ver a su equipo. Nueve horas de ida, nueve horas de vuelta. Casi un día entero en la carretera para defender unos colores. Y para volver a La Rioja con grandes opciones de pasar a segunda ronda. A David, socio del club desde hace varios años, no se le olvidará nunca.

Horas antes del encuentro, ya había ambiente de partido en la ciudad: “Salían los camareros en los bares a preguntarnos y todo ya estaba engalanado con distintivos del Badajoz”. Como el campo está lejos, la hinchada acostumbra a reunirse allí una hora antes del encuentro. “Hicieron un recibimiento espectacular a su equipo, con bengalas y un ambientazo. Ojalá podamos repetirlo nosotros”, aventura.

“El crío estaba muy nervioso la noche anterior, para él era una novedad. Ya habíamos ido a Miranda, pero esto es totalmente diferente, por el partido y el largo desplazamiento. Nos costó dormir, fuimos en el bus del club, salimos a las seis de la mañana y hasta las cuatro de la tarde no llegamos”, explica. Mientras, el pequeño disfrutaba con su tablet y algunas películas de Netflix. A medida que pasaban por lugares como Valladolid o Salamanca, su padre le iba contando “cositas” de cada ciudad. De esta forma, los casi setecientos kilómetros se le hicieron más amenos.

“Él es muy de Ñoño, se alegró mucho cuando marcó el gol. Además, en su equipo juega en la misma posición”, relata. Calor, ambiente infernal y 12.000 gargantas extremeñas que no dejaron de animar a su equipo. En el lado visitante, más de doscientos hinchas riojanos defendieron sus colores. Alegría, pero precaución de cara al próximo fin de semana: “El Badajoz es como un equipo del norte, de fútbol directo y con dos delanteros muy fuertes arriba. Nos fue complicado dar tres pases seguidos, pero el Logroñés estuvo muy solvente”.

David relata que el ambiente en el autobús fue genial: “Mucha gente estaba pendiente de él, no debe ser normal ver a un crío tan pequeño en este tipo de viajes. Quiero dar las gracias a la peña Resaca Blanquirroja y a otras peñas, le ofrecieron agua, chorizo y atención en todo momento”, agradece. Tras la llegada a Badajoz, les tocó una vuelta por el centro y disfrutar de la afición pacense. Intercambio de opiniones y buen rollo. “El tramo más espectacular fue desde el centro hasta el estadio. Todo el mundo cantando con la gente ya muy enchufada. Mi hijo estaba ‘flipando”.

Tras el partido, turno ya para preparar el partido de vuelta. Nacho envidia ver un campo prácticamente lleno y una ciudad volcada con su equipo. “Según nos comentaron, llevaban varios partidos yendo 9.000, 10.000 u 11.000 personas”. Para más inri, el estadio se sitúa a unos tres kilómetros del centro de la ciudad. “Espero alguna iniciativa del club para llenar el campo lo máximo posible. Me gustaría que hubiera algo en los aledaños del estadio, una fan zone, para que así haya ambiente mucho antes del encuentro”, desea.

El viaje de retorno, como casi siempre, fue lo peor. Sin embargo, David tuvo suerte y al ser pequeñito, pudo acoplarse bien en el asiento y dormir cuatro horas. “Hemos llegado a las seis de la mañana, al niño le hacía ilusión comprar el periódico y ver qué ponía en el MARCA. Pero en cuanto hemos llegado a casa, se ha metido a la cama y todavía sigue allí”, sonríe Nacho pasado el mediodía de este domingo. Dulces sueños de ascenso para el pequeño. Ambos estarán en Las Gaunas el próximo partido. Dos “locos de la cabeza” que quieren disfrutar de su equipo en categoría profesional.

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