Un juzgado de Madrid ha dictado un auto de procesamiento sobre el exteniente de Urbanismo en el Ayuntamiento de Palma, Javier Rodrigo de Santos, al que acusa de cometer siete violaciones y dos delitos más de agresión sexual sobre un preso, aprovechando su puesto en una ONG.
De Santos tiene vínculos curriculares con La Rioja, ya que en el curso 1982-1983 se trasladó desde Madrid hasta la región para completar sus estudios de COU en condición de becado por la Universidad Laboral de Lardero. Tras su paso por La Rioja, volvió a Madrid para estudiar Derecho.
Según el detalla ‘eldiario.es‘, el auto asegura que “prevaliéndose de su condición de coordinador del programa, y bajo la amenaza de emitir informes desfavorables que determinarían que se le retirara el aval frente al centro penitenciario, con la consiguiente pérdida de los permisos, Javier Rodrigo de Santos López obligó a Benjamín (nombre ficticio), en siete ocasiones, a mantener relaciones sexuales con él, consistentes en todos los casos en la realización de felaciones a dicho interno, obligándole a continuación a que éste le realizara penetraciones anales, usando preservativo”.
A otro preso, según el escrito del juez José Escalonilla, le realizó tocamientos contra su voluntad, “amenazándole con la posibilidad de realizar informes negativos que determinaran la retirada del aval, con la consiguiente imposibilidad de disfrutar de permisos penitenciarios y visitar a su hijo menor de edad”.
Sus precedentes
No es la primera vez que la Justicia acecha al exdirigente del PP de Mallorca, que ya fue condenado por abusar de un amigo de sus hijos -menor de edad- y gastar 50.000 euros de su tarjeta de concejal en Palma en cocaína y prostitución masculina entre 2005 y 2007. Al salir de prisión por esta última causa, la ONG Horizontes Abiertos le ofreció un puesto como voluntario, primero; y remunerado, después.
La condición de depredador sexual choca frontalmente con la aparente rectitud moral de Rodrigo de Santos antes de que la Justicia le condenara. Perteneciente al Camino Neocatecumenal (corriente ultracatólica, conocida popularmente como ‘los kikos’), estaba casado, con cinco hijos a su cargo. Como edil en Palma destacaba por sus políticas ultraconservadoras, negándose a celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo. Tras descubrir que había gastado dinero público en prostíbulos, el Partido Popular lo expulsó de sus filas.
