La actividad del enoturismo en las bodegas de Rioja creció el pasado año en torno a un 15 por ciento, según el último informe anual elaborado por la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin), que sitúa el auge nacional respecto al ejercicio anterior en un 18,38 por ciento.
Aunque el impulso de Rioja es sensiblemente menor que en el conjunto de denominaciones de origen, Acevin considera que “mantiene un ritmo de crecimiento muy positivo”, gracias en parte a que Rioja Alta recupera la senda creciente tras perder el pasado año visitantes.
Por áreas, las bodegas y museos de Rioja Alta siguen liderando las visitas del conjunto de la DOCa, con 297.268 a lo largo de 2018 (un 15,98 % más que en 2017), seguidas de las de Rioja Alavesa, con 192.213 (+13,14 %). Rioja Oriental cerró el año con 5.986 enoturistas, si bien Acevin no cuenta con registros de ejercicios anteriores que permitan analizar su evolución.
Los datos recopilados por la asociación sitúan a la del Marco de Jerez como la Ruta del Vino más concurrida de España, con 582.351 visitantes en 2018 (+1,41 %), seguida por la de Penedès, con 441.467 (+0,77 %). No obstante, si se suman las tres áreas geográficas de Rioja (Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rioja Oriental), la DOCa ocuparía la segunda posición nacional, con un total de 495.377 ‘enoturistas’ y creciendo a mayor ritmo que sus competidoras. Ribera del Duero quedaría relegada a la cuarta posición, con 383.150 visitantes y un menor grado de evolución: del 1,18 por ciento.
Cabe recordar, no obstante, que el Consejo Regulador presentaba esta misma semana las conclusiones de un informe elaborado por Nielsen y el Observatorio Español del Mercado del Vino que colocaban a Rioja como líder y referente nacional en materia de enoturismo, con 810.476 visitas a sus bodegas (Acevin le confiere en torno al medio millón).
¿Cuánto se gasta el enoturista?
El informe anual de la Asociación Española de Ciudades del vino revela que los visitantes más generosos de la DOCa se dejan caer por Rioja Alta, donde invierten una media de 28,72 euros en adquirir productos de la bodega. Le sigue Rioja Alavesa, con un gasto medio de 24,98 euros; mientras que en Rioja Oriental las bodegas apenas ‘colocan’ 7,64 euros de producto a cada turista.
Son cifras que desembolsan los visitantes en la tienda de cada firma, pero a la que hay que sumar el importe de la visita: en Rioja Alavesa es de 14,17 euros; en Rioja Alta, de 12,97 euros y en Rioja Oriental, de 13,15 euros.
En este sentido, las bodegas de Ribera de Duero exprimen mejor sus habilidades mercantiles, ya que sus visitantes gastan una media de 38,63 euros en la tienda y solo 10,17 euros en adquirir el pase a las instalaciones. Aunque en este sentido, los verdaderos ‘gurús’ de la mercadotecnia se encuentran en Lleida: cada turista se deja 45,59 euros en productos de la bodega, con un precio medio de 9,75 euros por la entrada.
¿Desde dónde nos visitan?
Con respecto a la distribución entre visitantes de procedencia nacional y de procedencia internacional, los datos recopilados por Acevin revelan que el 74,0% de los turistas (2.191.706) son españoles, mientras que el 26,0% proceden del extranjero (769.673).
Atendiendo a los datos relativos de cada una de las Rutas del Vino, las rutas con mayor número de visitantes internacionales son la Ruta del Vino y del Brandy Marco de Jerez (241.871), Enoturisme Penedès (210.645), Rioja Alta (64.536) y Rioja Alavesa (52.885).
El informe anual también depara alguna sorpresa al analizar los meses de mayor actividad enoturística en las bodegas de Rioja. No tanto por que en Rioja Alavesa y Rioja Alta octubre represente, de largo, la temporada alta. Sino porque en Rioja Oriental ese ‘pico’ de visitantes se da en el mes de junio, una circunstancia que solo comparte con la Ruta del Vino Sierra de Francia.
Curiosamente, mientras enero supone el mes más tranquilo para el enoturismo, en Rioja Oriental esta circunstancia se da en mayo, justo antes de afrontar su periodo de mayor actividad turística.
