No ha habido incertidumbre, ni desilusión… La Magna Procesión del Santo Entierro en Logroño ha podido salir sin problemas, con todos los pasos de las cofradías logroñesas y ante el fervor de los fieles que han llenado el recorrido.
Porque si todos los actos de la Semana Santa logroñesa tienen sus adeptos, la gran procesión de Viernes Santo es la que se lleva la palma. Es momento de comunión total: entre todas las cofradías que conforman la Hermandad de la Pasión de la Ciudad de Logroño, entre los pasos que veneran, entre los cofrades, entre el público…
En el día en el que juntan once pasos, con sus múltiples cofrades, tambores, etc., en este día la única que no estaba invitada, la lluvia, ha obedecido y no ha asistido. Ya lo había hecho en las jornadas anteriores, obligando a suspender varias procesiones, desde el lunes, varias el jueves e incluso un vía crucis este mismo viernes… Pero esta vez, no: la meteorología ha dejado que los fieles sientan la pasión de Semana Santa a su lado.
Y no se ha desaprovechado la oportunidad: calles abarrotadas de gente, de todos los públicos. Era la ocasión de ver algunos de los pasos castigados por el agua, como el Nazareno que ayer no podía salir de Santiago. En Logroño este Viernes Santo ha habido pasión y no solo la que se trataba de representar, la de Nuestro Señor.
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