Unos destacan en deportes, otros en arte, otros en cocinar, otros en hablar, otros en bailar, otros en cantar, otros en escuchar… Cada cual tiene unas capacidades diferenciales. Eso afecta a todas las personas, incluidas las que se les acota por ciertas discapacidades. Este es, cada vez más, el planteamiento que se hace para integrar a la discapacidad desde las entidades sociales y desde los centros educativos, donde se gesta lo que más tarde seremos.
Así que en el Colegio Santa María – Marianistas de Logroño estos días están trabajando más si cabe en ello. “Siempre se ve la discapacidad como algo diferente, y lo que buscamos es que se destaquen la potencialidades diferentes que tenemos todos, darle la vuelta al tema de la discapacidad en pro de la capacidad especial”, subraya Lucía, una de las profesoras del centro.
Por esta razón, han llevado a cabo una iniciativa en la que los alumnos cuelgan en un muro -bajo el cartel “Diferentes somos todos”- sus capacidades especiales. Entre ellas han surgido muy variadas, algunas de lo más cotidianas: “inflar globos”, “jugar contigo”, “montar a caballo”, haciendo énfasis en que todos tienen una capacidad, por sencilla que sea.
Pero, este jueves 21 de marzo también es el Día Mundial del Síndrome de Down y en Marianistas se han unido a la causa. “No hemos hecho el tema de las ‘capacidades especiales’ por el 21 de marzo, pero sí que nos hemos querido unir a la iniciativa de los calcetines diferentes, como símbolo de las capacidades diferentes”. Así que profesores, alumnos y padres han vestido calcetines distintos.
En lo referido a los calcetines de colores, no han sido los únicos en sumarse, otros colegios riojanos también se han animado a vestir uno de cada color apoyando así a las diferencias. También en el trabajo los ha habido que se han añadido al apoyo. Porque diferentes somos todos.
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