La Rioja

Cuca también es humana

Las comparecencias que anuncian una despedida tienen un momento clave que se repite una y otra vez. Es inevitable. El protagonista comienza su discurso con buen tono, animado y a buen volumen. Con el paso de las palabras por su boca y los recuerdos por su cabeza, las emociones se agolpan en la garganta y las lágrimas quieren salir. Los ojos pican. La voz se rompe. Es la humanidad abriéndose paso para descubrir a la persona y destruir el personaje. La desnudez. Y ante la vulnerabilidad, los gestos inevitables.

Mirada al suelo, manos al rostro recorriendo la frente y la nariz en busca de un escudo que no se encuentra, pequeño ladeo rápido de cabeza para coger fuerzas y un segundo de valentía que las emociones vuelven a destrozar sin piedad. Qué jodido es eso de ser normal. En los momentos importantes, cuando tu paso cambia, no hay personas suficientes en el mundo para hacerte compañía. Estás tú y tus miedos. Tú y tus alegrías. La vida. La humanidad.

Da igual que el siguiente paso sea mejor y más bonito. Las despedidas son una tortura. Hasta el preso que sale de cárcel tiene un gusto amargo por lo que deja al otro lado cuando la puerta se cierra con el sonido carcelario de la falta de libertad. Lo has escuchado. Sabes cuál es. Igual que sabes cómo es ese momento en el que el protagonista de la despedida se derrumba y sólo quedan los sonidos de las cámaras de fotos y los flashes. Tatatatata. Y el silencio.

Cuca Gamarra se va. Se nos va. La alcaldesa de Logroño emprende rumbo hacia a Madrid como antes hicieron otros. Su destino será el Congreso de los Diputados y las altas esferas de la política nacional (actualmente es vicesecretaria de Política Social del PP). Cuca cambia ‘el pequeño Logroño del poder’ por ‘el pequeño Madrid del poder’, que nombraba Javier Cercas. No se pueden dejar atrás dieciséis años en un ayuntamiento (ocho como primera edil) y no mostrar humanidad.

La niña que correteaba por las calles de Brieva cada verano llega ahora a la capital de España como una mujer con mucho que decir allí donde apenas se escucha la voz de La Rioja. Antes de su partida, descubriendo por primera vez delante de las cámaras a la persona que hay detrás de la alcaldesa, Gamarra se ha disculpado con todos aquellos a los que ha podido fallar y ha recordado los nombres de todos sus compañeros en el Ayuntamiento.

Es el momento de la despedida y las buenas palabras. Madrid espera a Cuca. Cuca espera triunfar en Madrid. Hoy ha dado el primer paso y ha mostrado humanidad. Era inevitable. En el Partido Popular también lloran y se emocionan. Es el momento de la humanidad.

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