Gastronomía

La Laurel tiene nuevo inquilino sin plancha ni butano: “Todo a la brasa”

No está en la calle Laurel sino en San Agustín. En el número 29. Frente a las tabernas de Baco y Correos, junto al Soldado de Tudelilla, ‘La Laurel’ estrena nuevo inquilino. ‘A fuego’ se llama el sitio y su propietario aterriza con la experiencia que le ha dado en la hostelería la cafetería Las Cañas de la plaza de La Paz (al lado del Paseo del Espolón).

Andrés (43 años) es el propietario de este nuevo establecimiento que llega con las cosas muy claras: “Va a ser todo a la brasa, al carbón y al sarmiento”. Y en su inauguración, con una puerta totalmente abierta que confunde el suelo de la calle con el del bar -ojo a esta tendencia porque lo va a petar en verano-, se ha rodeado de amigos para celebrar su llegada al corazón gastronómico de España.

“Aquí no hay plancha ni butano ni vitrocerámica”, comenta orgulloso, relatando de memoria una carta que irá cambiando cada semana. A saber, lo fundamental: carne como el corte argentino, las carrilleras y los pescados como el atún rojo, el bacalao, las sardinas… la especialidad serán las chuletillas de cordero. Y a gozar. El vino, de Rioja. “Lo que pida la calle”.

Aviso a vegetarianos. No todo son animales en ‘A fuego’ y también habrá cabida para pinchos en los que manden las verduras. Hay que pensar en todos los tipos de clientes. Andrés lo sabe. Se ha criado en la zona. ¿Vivía por el barrio? ¿Iba al colegio cerca? “No, no, pero la gente de nuestra edad nos hemos criado por aquí porque alternábamos en la Laurel y en la calle Mayor”. Los finales de los 90. El efecto 2000.

“A mí me gustaba el sitio y para aquí nos hemos venido. Hoy estamos aquí entre amigos y los próximos días veremos qué tal va. Esperemos que bien”. Un deseo. Un sueño: conquistar La Laurel a base de brasas y sarmientos.

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