Recibir en tu buzón una carta es de esas cosas que hacen ilusión, siempre y cuando el remitente no sea Hacienda, la Dirección General de Tráfico o la pizzería de turno anunciando su última oferta loca. También dice el refrán que quien espera, desespera, y eso es precisamente lo que le ocurre a una vecina de Hormilla.
La lectora -que advierte de que el suyo no es un caso aislado en el municipio- ha compartido con El Sereno su frustración por el servicio que Correos presta en el municipio. “Llevo desde mayo viviendo aquí y todavía no conozco al cartero”, se lamenta, aunque eso no es lo más grave del asunto. Según relata, “Correos viene con las notificaciones urgentes caducadas y cuando no le apetece venir al cartero, pues devuelve las cartas al destino alegando que estamos ausentes, aunque nos encontremos en el domicilio”.
Todo, asegura, “por no molestarse en llamar al picaporte de la puerta”. “Aunque en el buzón pone los nombres, desde que vine a vivir aquí apenas recibo dos cartas al mes, y encima caducadas o simplemente no las recibo”. En su queja, añade que la compañía “ha devuelto tres cartas mías al INEM, gracias a ello, he perdido la Renta de Ciudadanía”.
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