La Rioja

‘Ríchar’ sí sabe montar una fiesta: con 269 amigos, de sidrerías a Euskadi

La amistad es de esas cosas que no se debe medir en términos númericos. Aunque en el caso de ‘Ríchar’ (sin ‘d’ final) resulta imposible. Porque si te cuenta que este finde estuvo con unos amigos de sidrerías por Guipúzcoa, tú pensarás “ah, genial; seguro que os lo pasasteis bien los veinte o treinta”. Pero no. Los amigos de ‘Ríchar’ son otra cosa. Ríete tú de la boda de aquel primo segundo en la que se plantaron 250 almas.

Hasta cinco autobuses ha movilizado este logroñés residente en Yagüe al que envidiaría el propio Roberto Carlos (el futbolista no, el cantante). No tiene un millón de amigos, pero con 269 le sobra y le basta para convertir un sábado de febrero en un sarao de dimensiones épicas.

‘Richar’ (derecha), junto a uno de sus (muchos) amigos.

“Empecé a hacerlo hace veinte años y subíamos con tres coches, quedándonos a dormir allí, pero luego me casé y a algunos amigos no los veo regularmente; vi que esta era una buena oportunidad para reunirnos, por lo menos, una vez al año”, explica a NueveCuatroUno, lamentando que “el año pasado fuimos diez más, pero se ha ‘caído’ una cuadrilla de amigos de San Sebastián.

Solo hay un requisito para poder sumarse al viaje que organiza desde hace más de dos décadas: ser de su cuadrilla. “Es una cosa reservada para mis amigos y lo pagamos a escote; no es un negocio mío ni lo anunciamos en ningún sitio”, detalla, explicando que solo hace la vista gorda con “los acompañantes que traigan mis amigos, siempre que no sean guerreros”. Balance: 237 fieles desplazados desde La Rioja, ocho de Pamplona y 28 de Vitoria (localidades en las que residió anteriormente).

Ahora, ¿cómo se monta semejante jarana?. Para ‘Ríchar’, fácil: “Antes era más complicado porque había que estar llamando a todo el mundo, pero ahora más o menos la gente sabe cómo funcionamos y reserva la fecha con tiempo”. “Además, los bares Ágora y Dame Caña me han ayudado para organizar las salidas de autobuses desde allí”, añade.

Este año, el escote ha salido a 53 euros por persona, que incluía transporte en autobús hasta Urnieta, visita a la sidrería, comida y una fiesta posterior con dos consumiciones; con salida desde Logroño a las diez de la mañana y a las ocho y cuarto “intento que se empiecen a mover, aunque me cuesta bastante”, apunta el popular organizador.

“Existe una tendencia, pero no a estos niveles”

La empresa encargada de transportar hasta la sidrería a la colosal cuadrilla de ‘Ríchar’ ha sido Logrobús y uno de sus fundadores, Javier Ochagavía, admite que no es muy habitual un desplazamiento de esta magnitud: “No es muy habitual reunir a 270 personas”.

“Lo de las sidrerías es una tendencia que va a más y hay grupos de todo tipo: desde los quince amigos de la infancia a treinta compañeros de trabajo o una sociedad gastronómica de Logroño… Cualquier excusa es buena”, explica.

Ochagavía detalla, además, que la temporalidad se ha roto en esta cuestión: “Antes se hacía siempre en febrero, cuando fermentaba la añada, pero ahora tienes viajes en abril o en octubre; todo el año”. Ante este auge, insiste en las ventajas de viajar cómodo y despreocupado de controles de alcoholemia: “Casi es inviable ir a una sidrería movilizando varios vehículos particulares y, además, generalmente se sale con poca sed de una sidrería”. Así que si el plan te apetece para el próximo año, ya sabes: aún tienes algo de tiempo para hacerte amigo de ‘Ríchar’.

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