La Rioja

El frío y las heladas beneficiarán al campo riojano: descenso de hongos

La llegada de una masa de aire polar hará descender las temperaturas hasta los seis grados bajo cero en La Rioja, aunque estas mínimas se registrarán en la sierra. En la zona del valle serán algo más cercanas al cero y no se prevén grandes precipitaciones ni copiosas nevadas.

Lo que sí habrá serán heladas. “Y se van a acentuar”, explica David Castro de la empresa Garañango, asesoría y servicios agrarios, quien apunta que el frío vendrá muy bien para que los hongos, los insectos y los restos patógenos que pueda haber en el campo riojano bajen considerablemente en población.

“Como la pasada campaña hubo mucho mildiu, se han generado gran cantidad de esporas”, comenta, aunque ve el futuro a corto plazo con optimismo debido a esta llegada de aire frío: “Viene seca y creará precipitaciones, pero serán escasas”.

“Si llegara a nevar, supondría un aporte hídrico muy importante porque la planta absorbería el agua y le serviría para más adelante”, añade, al tiempo que se muestra cauto con las posibles nevadas en cotas bajas: “El agricultor sabe que el frío es ahora bienvenido, aunque esta primera ola de frío viene, desgraciadamente, sin aporte de humedad”.

Sabiendo que hacer predicciones a largo plazo es ciencia ficción, sí augura una segunda ola de frío para el fin de semana del 18 al 20 de enero que podría entrar por el mar: “Tendría más humedad, más frío y más precipitaciones”. Por tanto, más positiva, pero todavía no se puede asegurar nada.

Pensando en esta y lo que sale en los simuladores, prosigue, las mañanas están siendo frías, aunque todavía bajarán más las temperaturas. “Si hiciera mucho mucho frío, los hongos casi se podrían llegar a erradicar en algunas zonas”, incide, poniendo el acento en que con frío extremo (heladas de menos de siete grados bajo cero y que durante el resto del día perdure el hielo) conviene no podar. Sin embargo, calcula que se quedará en torno a -5 ó -3 allí donde hay viñedo.

“Cuando en invierno hace invierno, en verano hace verano. Los veranos anteriores han sido con mucha pluviometría porque veníamos de inviernos secos y temperaturas elevadas”, destaca, finalizando con la máxima de que el frío en el viñedo es necesario: “La calidad del vino depende de otros factores como el terroir, la variedad… y el clima. Tener un invierno duro es un presagio de una buena campaña”.

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