Y este sábado 1 de diciembre ha llegado el momento… Después de catorce años Gurutz Aguinagalde no ha visto el partido del Ciudad de Logroño ni en el banquillo ni en la grada como integrante del BM Logroño La Rioja, sino como un aficionado más, como lo que será siempre: un franjivino de corazón. Porque portar el brazalete de capitán, y sobre todo ejercer la capitanía de tal forma, deja huella a cualquiera.
Pero antes de que comenzara el choque frente al DS Blendio Sinfín cántabro y de ver cómo el gran Gurutz subía por las escaleras de la grada, ha habido tiempo de homenajes, sencillos, como lo es el balonmano, como lo es el propio Aguinagalde, que vestía como es él, camisa de cuadros y vaqueros. La esencia de la naturalidad.
Así que cuando el ‘speaker’ ha comenzado a relatar sus méritos el Palacio se ha puesto en pie. No era para menos: 24 temporadas como profesional, diez en el Bidasoa Irún donde regresa ahora como presidente, 14 en el Logroño, 615 partidos en Asobal…
Y tras ello, detalle de la Peña Orgullo Franjivino, de la directiva del Balonmano Ciudad de Logroño y por último su eterna camiseta amarilla con el 12 a la espalda, de manos de sus compañeros, Imanol Garciandia y su sucesor en la capitanía, Miguel Sánchez Migallón.
Gurutz Aguinagalde ya era historia del BM Logroño, ahora ingresa en la lista de las leyendas.
