Empresas

Nueva andadura en las Cien Tiendas para celebrar cien años de historia

Una empresa familiar: Julián, José Julio, Jesús… siempre con la jota que tanto le gustaba al escritor Juan Ramón Jiménez. La jota de juguete. La jota de La Rioja. Algo de las dos tiene Gónlez, una empresa que cumple cien años con la misma ilusión con la que Julián González González de Garay abría en 1918 un bazar con vistas a la Concatedral de La Redonda. Por aquel entonces, no tenía juguetes sino que se ‘transformaba’ con la llegada de la Navidad.

En la esquina de las calles Marqués de Vallejo y San Juan comenzaba una historia que ha escrito este jueves otro capítulo nuevo en la recién bautizada calle Presidente Calvo Sotelo. Pasando por Muro del Carmen, Pérez Galdós, el Centro Comercial Parque Rioja y el Centro Comercial Berceo, además de Pamplona, esta compañía centenaria apuesta por el centro de Logroño para su nuevo establecimiento: “Esto es una muestra de cariño y de apoyo al comercio de ciudad”.

Lo explica uno de sus propietarios, Jesús González de Garay, quien se remonta al año 1985 para explicar que entró en la empresa familiar junto a sus dos hermanos. Ahí ya estaba su padre, José Julio, quien también había recibido la encomienda de su padre. Tres generaciones.

“La tienda de mi abuelo era un bazar donde se vendían baúles, lápices de labios, máquinas de cortar el pelo, quincalla, cepillos… de todo. Es más, en el año 60, se abrió la tienda de Muro del Carmen (cerrada este año), que la llamábamos la tienda grande: allí se vendían lanas, maletas, lámparas… se vendía de todo y en Navidad se hacía el cambio a los juguetes”, explica.

Antes de ‘La Patrulla Canina’ y ‘Pinypon’, los juguetes que triunfan este año, Gónlez contaba en sus estanterías con unas muñequitas de cartón piedra, cochecitos de hojalata… la Play Station no era ni una idea. Corría el año 1960 cuando Muro del Carmen estrenaba juguetería, “la tienda grande”, como la llamaban entonces en la familia González de Garay. Pero se quedó pequeña. El paso de los años.

Y por ese motivo, Gónlez se traslada al Paseo de las Cien Tiendas: 370 metros cuadrados, los parámetros de una juguetería actual y el surtido que toca. Ya no hay muñequitas de cartón piedra sino bebés llorones y todo tipo de aparatos eléctricos. “Siempre quedará en el centro de la ciudad un núcleo de comercio que, teniendo calidad, siga funcionando”, apunta Jesús González de Garay.

“Hay mucha gente que no es de centros comerciales y quiere comprar en el centro de la ciudad. Yo creo que a Logroño le viene bien que el comercio se espabile en el centro”. ¿Y la amenaza de internet? No lo ve determinante: “El niño tiene que elegir el juguete, verlo, tocarlo… no es excesivamente relevante la venta por internet, aunque también se vende mucho”. Sea como sea, Gónlez ha demostrado que sabe adaptarse a los nuevos tiempos década tras década y sea cual sea esa evolución: bazar, juguetería, internet… siempre desde el corazón de la capital riojana.

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