Gastronomía

Apicius dedica su último cuaderno a Marisa Sánchez

“Qué bonito va a ser regresar a Echaurren para elevar la vista al cielo y saber que ella sonríe porque estamos en su casa. Permíteme, querido lector, que este Apicius se lo dediquemos a ella”. Son las dos últimas frases del texto con el que Javi Antoja de la Rosa, director de Apicius y de los Proyectos Editoriales de Montagud Editores, presenta el último número del cuaderno a sus lectores.

Desde entonces, se han escrito decenas de textos sobre la incalculable aportación de Marisa Sánchez a la gastronomía de España en general y de La Rioja en particular. Algunos se centran en sus platos y sus guisos memorables; mucho más allá de las archifamosas croquetas que posteriormente comenzó a servir Francis.

Otros, en las merecidas distinciones que recibió a lo largo de su vida. Por ejemplo, la de Riojana Ilustre y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. También el Premio Nacional de Gastronomía al Mejor Jefe de Cocina, ese por el que  toda una gran dama se plantó en un estrado rodeada de señores, galardón en mano, 30 años antes de la eclosión del neofeminismo.

“Sirvan las siguientes líneas como una humilde aportación que tiene poco y mucho que ver con bechameles, albóndigas o caparrones. Porque es de justicia decir que, si tanto se habla de oficio -y de generosidad, de sabiduría, de trabajo duro…-, este reside desde hace muchos años en Ezcaray y se llama Marisa Sánchez”, concluye la introducción del cuaderno.

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