Deportes

Con la suerte en sus talones

El riojano Rafa Martínez completará este domingo por trigésima vez la gran clásica del atletismo español

Rafa Martínez presenta sus 30 'behobias' y sus resultados.

Punta, tacón; punta, tacón; punta, tacón. Y esta no es una buena historia sobre danza. Es una magnífica historia sobre atletismo, constancia, esfuerzo y pasión. Desde sus puntas hasta sus talones, sin parar de hacerlo, Rafa Martínez (Logroño, 64 años) se ha plantado ya 29 veces de Behobia, en Irún, hasta La Concha, claro en San Sebastián. Punta y talón, sin parar de hacerlo estos 29 años. Punta y tacón hasta hacer historia, hasta ser historia de la carrera popular más popular del atletismo patrio junto con la San Silvestre vallecana.

Este domingo, cuando cruce la línea de meta tras 20 kilómetros de esfuerzo -la Behobia no es una media maratón pero lo parece-, Rafa Martínez lo habrá hecho en treinta ocasiones. Treinta veces, treinta ediciones, treinta años… corriendo. Lo celebrará en una sidrería, con los amigos y la familia, porque este riojano forma parte de la historia de una de las carreras más bonitas del calendario nacional. La Behobia cumple 54 ediciones, Rafa se ha corrido más de la mitad. Visto con perspectiva, el asunto es de una dimensión extraordinaria, porque el tiempo pasa para todos, salvo para Rafa que se mantiene fino y fibroso a sus 64 años.

Rafa Martínez presenta sus 30 ‘behobias’ y sus resultados.

Y la organización de la Behobia, sensible para estas cosas, se lo quiere reconocer incluso antes de iniciar la prueba. Le ha invitado a que esta edición, su trigésima, la corra con un dorsal gratuito, no vaya a ser que se le fuera a pasar. Porque todos los que quieren correr esta prueba saben lo difícil que está conseguir un dorsal. Con él, Rafa cruzará la línea de meta el domingo para festejar treinta años corriendo por ahí, siendo uno de los pioneros del atletismo popular en La Rioja.

Año 1978, su primera vez.

“Yo empecé en la bicicleta”, recuerda. Pero cuando se acababa la temporada, “me ponía las zapatillas y salía a correr”. Y se enganchó. “En pocos días cogía la forma”, asegura, y por lo que se ve es algo que no ha perdido a sus 64. “Bajamos al Adarraga, donde había un grupo que también salía a correr”. Y allí le hablaron por primera vez de la posibilidad de ir corriendo desde Behobia hasta San Sebastián. “Y nos fuimos”. Y se volvió a enganchar. Lo que no sabía es que “aquella primera vez fue la mejor”, no como en otras cosas. “Hice mi mejor marca, nunca más la he logrado bajar”. Aún recuerda aquella primera vez: 1:18:48. Era 1978. Que ya era correr en aquellos tiempos.

La Behobia es mágica por muchas cosas. “Lo mejor que tiene esta carrera es que te hace sentir mejor de lo que eres”. Es eso de correr por encima de tus posibilidades, pese a un perfil duro y una climatología habitualmente adversa. Poco importa. “El público te empuja, y el resto de corredores te ayuda a ser mejor”. Porque en cada metro hay un palabra de aliento desde la cuneta. ‘Neska, aupa’, porque si algo tiene esta carrera es que ya está en un 23% de participación femenina.

Reconoce que para él ir a esta prueba es una tradición. “Al final corres, pero luego te vas por ahí a comer, a tomar txakoli, a comer en una sidrería…”. Las ‘jamadas’ han tenido muy diversos espacios. “Ahora somos de sidrería, apetece tras esos 20 kilómetros, pero hubo un tiempo que nos dio por el marmitako, y otra época que comíamos en el centro riojano”. Buen gusto hasta para gozar. Es la comprensión del atletismo como deporte popular. “Nunca he querido competir”. Y no lo hará tampoco este domingo. “Saldré como siempre sin presión, bien relajado, a disfrutar cada metro”. Y es una prueba que se deja acariciar paso a paso, una delicia para el atleta popular.

Presumen de ser los primeros en cubrirse con una bolsa de basura, algo muy de moda ahora mismo

Solo una cosa, al resto de riojanos que estarán el domingo en la salida de la Behobia, o que han estado alguna vez. Rafa Martínez ha dejado su impronta. Nunca ha ganado la Behobia, su mejor marca fue en la primera edición, luego perdiendo tiempo pero ganando en disfrute. Pero, hay un hecho de la Behobia que lleva firma riojana. “Lo de la bolsa de basura”. Si la ha corrido, el acertado lector sabrá de qué está hablando Rafa.

“Estoy casi seguro que fuimos los primeros en ponernos una bolsa de basura para protegernos del frío, la lluvia y el viento antes de tomar la salida. No había entonces nadie en su sano juicio que tirara una camiseta”. Ahora, son miles los corredores que acuden a la salida con una bolsa de basura en su torso. Pues los primeros fueron unos pioneros del atletismo, que también lo son en eso de improvisar soluciones a problemas que solo entienden los atletas, sobre todo los populares.

Subir