La Rioja

El Auto de Fe de Zugarramurdi: de la hoguera a la fiesta callejera

En pleno siglo XXI cuesta imaginar cómo era Logroño en noviembre de 1610. Más aún que la capital riojana fuera testigo del Auto de Fe en el que la Inquisición juzgó por brujería a cuarenta personas de Zugarramurdi y once de ellas fueran condenadas a la hoguera.

Pero sobre todo cuesta imaginarlo y hacer una recomposición de los hechos estos días en los que su conmemoración es sinónimo de fiesta, de algarabía en torno al punto donde se celebró el Auto de Fe, entre Portales y Juan Lobo, como recuerda ahora una placa.

Aunque el acontecimiento histórico tuvo lugar un 8 de noviembre, en estos tiempos se ha celebrado unos días antes, desde el viernes y hasta este domingo. Y lo ha hecho con diversas actividades organizadas por la Asociación de Vecinos del Centro Histórico de Logroño. Entre ellas, espectáculos callejeros, el Akelarre el sábado en la plaza de San Bartolomé, desfiles, teatro de títeres, magia, cuentacuentos… Y un largo etcétera.

Y, cómo no, mercado. De nuevo el entorno de La Redonda y de la Plaza del Mercado ha aglutinado puestos y más puestos: bisutería, juguetes de madera, incluso minerales… Y, por supuesto, comida: embutidos, quesos, dulces, frutos secos, crepes, asados… E incluso cervezas, ¡riojanas! “Es la primera vez que participo, pero ha estado bien, la verdad”, reconoce Félix, de la cervecera artesana Rivvo de Ogga. Y lo hace casi sin voz. “Hay que atraer a la gente, hablar bastante”.

Porque aunque sea el siglo XXI, en los mercados las técnicas de antaño acaban siendo las que funcionan: la charlatanería. Y eso se comprueba rápidamente dando un paseo por este Mercado del Auto de Fe: grupos de personas atentas a las explicaciones de un puesto de jabones, señores acercándose a un puesto de embutidos atraídos por su tendero, viandantes interesados por las indicaciones de las bufandas mágicas…

En el puesto de El Bici, de Extremadura, caída la tarde, su tendero ‘Bici’ prepara almendras garrapiñadas. Su mostrador es una mezcla de frutos secos garrapiñados y de productos típicos extremeños, principalmente quesos. “Llevo viniendo unos cuantos años, tanto ahora como en San Bernabé”, apunta. ¿Ha sido buena feria? “El tiempo ha respetado este año, y no ha hecho mucho frío, pero el frío, en estas fechas, está en los bolsillos de la gente”, admite, con una sonrisa de resignación.

 

Y, entre tanto, múltiples mezclas, como por ejemplo las sonoras: en un puesto de carne asada suena música reggaeton; a su lado, en uno de souvenirs de grupos de música, son los acordes de Bon Jovi los que ambientan y a apenas unos metros llega un pasacalles con toques de música folk…

De la hoguera a la fiesta callejera, así se vive hoy el Auto de Fe de Zugarramurdi en Logroño.

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