La Rioja

La sensibilidad de un buen vino de Rioja, a flor de piel

Catalogada como una pseudoterapia por algunos y como una revelación por otros, nadie puede negar que eso de la vinoterapia tiene su punto. Pero no se confundan. No consiste en ahogar las penas en copas de Rioja (siempre ayuda, pero con moderación), sino en aprovechar los efectos positivos que genera el vino en nuestro organismo.

La vinoterapia tiene sus ‘padres’ en Matilde Cathiard y Bertrand Thomas, que hace un cuarto de siglo descubrieron que al vino se le puede sacar mucho más partido de lo que hasta entonces pensábamos. Aseguraron que un baño de vino sobre la piel, tras exfoliarla y masajearla, tiene notables beneficios por los antioxidantes del producto. Al neutralizar los radicales libres, tonifica la piel, la hidrata y tonifica los músculos. Además del gustito que da, por supuesto.

Finca Los Arandinos, uno de los establecimientos que ofrecen estas técnicas

Aunque se trate de una disciplina nacida en Burdeos, lógicamente La Rioja no podía darle la espalda a un universo cuya materia prima es su mejor embajador. Es por ello que una quincena de alojamientos turísticos de la región incluyen la vinoterapia como uno de sus servicios destacados, tanto hospederías y casas rurales como los hoteles más exclusivos de la comunidad.

Sus localizaciones cubren prácticamente toda la geografía riojana: Ezcaray, Casalarreina, El Rasillo, San Asensio, Entrena, Clavijo, los Cameros… Y también hay empresas especializadas en organizar actividades como la vinoterapia, tanto individuales como en pareja y grupales.

Pero tampoco podemos obviar que eso de iniciar y cerrar una velada con un vinito en pareja se antoja como uno de esos planes difíciles de superar. Por eso, La Rioja Turismo incluye una sesión de vinoterapia para dos como uno de los momentos imprescindibles en un fin de semana romántico en la región. ¡A vuestra salud!

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