“¡Mirad qué culebra!”, grita Nora entre risas sosteniendo el citado reptil (muerto) con un palo. El resto de niños la miran divertidos y los adultos dudan entre tocar o impresionarse por el animal. Es la puesta en común de una pequeña anécdota, pero que será lo habitual cuando su vida se vuelva comunitaria en su mayor parte. Son los miembros de ‘La Vereda’, la primera cooperativa de viviendas en régimen de cesión de uso de La Rioja.
“La idea es crear un conjunto de viviendas, con espacios propios para cada familia, pero con una gran parte de zonas compartidas de cara a una vida comunitaria”, explica Víctor, uno de los miembros de La Vereda, mientras descubrimos la parcela de 5.200 metros donde se ubicarán sus futuras casas. Y es que este colectivo ha adquirido unos terrenos en Medrano y en ellos llevarán a cabo su sueño…
Porque en La Vereda nada es por azar. “La mayoría vivimos en Logroño, nos conocimos hace tiempo, coincidimos en movimientos sociales, y desde 2011 hemos ido concibiendo la idea, la forma de poder hacerlo factible…”, admite Diego, otro de los adultos. En total, hasta ahora, son doce adultos y ocho niños, en concreto siete familias, pero habría cabida en el proyecto para otra más o dos. “No es una iniciativa cerrada, nos encantaría que hubiera más gente interesada e incluso lista de espera”, reconoce José Manuel, también del proyecto.
¿Y en una sociedad tan individualista no hay miedo a tanta convivencia? “Hemos redactado unos protocolos o una especie de normas internas y principios para que todos sepamos cómo regirnos y las iremos adaptando a medida que vaya evolucionando La Vereda”, explica Eva, otras de las presentes, quien recuerda que el nombre también tiene su historia: “por la idea de trabajo en común, como las veredas de los caminos, por ejemplo, y en sí por el concepto de ‘camino’ que queremos que guíe nuestra vida”.
La sensación, y por lo que transmiten ellos también la realidad, es que La Vereda es un grupo variopinto: de diversas edades, con niños, sin niños, con perros, con gatos, sin animales, riojanos, de múltiples regiones españolas… Pero coinciden en el concepto de vida. “En nuestro proyecto de ‘cohousing’ queremos que quepa la diversidad, porque eso enriquece”, subrayan y añaden: “Nos gusta la idea de tribu, de compartir todo, abogamos por una modelo de sostenibilidad medioambiental basada en el cuidado de las personas, en poner nuestro pequeño granito de arena para aplicar respeto también al entorno, al medio ambiente…”.
Y ese respeto pasa, por ejemplo, por el uso de materiales lo más limpios/respetuosos posibles para la construcción de las viviendas, la instalación de energías renovables, aislar bien las construcciones para fomentar el ahorro energético… Pero si en algo inciden es en su objetivo “de ser parte de la vida del pueblo de Medrano: no venimos aquí para estar nosotros solos, queremos incorporarnos al pueblo, participar en el día a día y también dejar abierta La Vereda a que los lugareños vengan; nos encantaría poder desarrollar talleres o cursos aquí…”, relatan a NueveCuatroUno.
Aunque para que todo esto sea una realidad todavía queda un tiempo: la previsión es que antes del verano del próximo año empiece la construcción. “Estamos ultimando los detalles con los arquitectos, pero serán de estética sencilla, que se integren bien en el entorno, etc. Más adelante también queremos tener una huerta, etc.”, explica José Manuel.
Sin embargo, si algo tiene de novedoso o de poco frecuente La Vereda es el trasfondo: convivencia, vida comunitaria, organización de tareas entre todos, una posible despensa común y casi como un sueño “una de la viviendas con fines sociales, pero de momento es una ilusión eso”. En España han cogido como referencia un proyecto de viviendas en Madrid, en Carabanchel, aunque también hay casos en Barcelona y es relativamente conocido el ‘cohousing’ en Holanda, Dinamarca o Alemania.
“No es un concepto de hippies, es otra cosa”
En términos legales, como ellos mismos explican, La Vereda se ha constituido legalmente como una cooperativa de vivienda con la peculiaridad de que se basa en un modelo de cesión de uso dónde las viviendas pertenecen a la cooperativa y las personas socias adquieren el derecho de uso de la misma durante toda su vida pero no son propietarias de las mismas.
Con todo ello, queda una pregunta: ¿se ven como pioneros o referentes, les han llamado hippies? Responden casi al unísono: “No es el concepto de hippies, es otra cosas. Y por otro lado, no pretendemos ser un referente, es más, nos gustaría que nos copiaran, que mejoraran nuestro proyecto, que se extendiera la idea, porque en el fondo es la reivindicación de que es posible otra forma de vivir”, concluyen. Ya queda menos para que La Vereda se materialice y dé cobijo a Víctor, Diego, José Manuel, Sarri, Eva, Sara, Mari Mar, Olga, Diana, Juan, José, Maite, Mikel, Nora, Gael, Sebastián, Nora, Julieta, Miguel, Jaime… y los que queden por unirse.
