La vida está llena de casualidades. De hecho, algunas vidas lo siguen siendo gracias a ello, como la de dos amigos de 54 y 60 años de Lapuebla de Labarca. Lo que se presentaba como un Día del Pilar clásico en esta localidad de Rioja Alavesa, con casi todo el mundo yendo a vendimiar, en esta ocasión se convirtió en una jornada de susto máximo.
Corrían las siete de la mañana cuando un lugareño -que insiste a NueveCuatroUno en mantenerse en el anonimato- se pasaba por la bodega de dos amigos, ubicada en la parte alta del pueblo, en la calle de las Bodegas, para saludarles. “Iba con la intención de vacilarles un poco, en plan, ‘¿qué, ya vais a tirar de horquillo?’ Y entonces me los he encontrado cogidos por el tufo”, cuenta.
Acto seguido, el anónimo héroe ha corrido al bar más cercano, al Mesón, y ha pedido ayuda a los presentes. “Menos mal que ha sido a esa hora, si llega a ser un poco antes no nos hubiéramos enterado nadie; ha sido todo una casualidad”, insiste sin creerse todavía lo que le ha tocado vivir.
Rápidamente los que estaban tomando café, gente del pueblo a punto de irse al campo, han salido a auxiliarles. “Sabíamos lo que teníamos que hacer; no nos había pasado nunca, pero sabemos cómo es esto del tufo”, explica el que primero ha llegado. Pero, ¿y en algún momento han tenido consciencia del riesgo que corrían ellos mismos? “Hemos puesto medidas: unos estaba con un ventilador aireando, otros intentando sacarlos, salíamos a la calle a coger aire cada poco tiempo…”, explica.
Un rescate improvisado pero coordinado
Por lo que relata, parece que el rescate ha sido una tarea de suma coordinación y colaboración. “No sé cuántos estábamos, cada uno tenía su cometido; han ayudado de dos bares (el Mesón y el Zubía)… Lo importante era que se salvaran y parece que se ha conseguido”, admite con satisfacción.
Pero este héroe no quiere focos: “No, no, no quiero protagonismo; al final ha sido una casualidad; la suerte ha estado del lado de mis amigos”.
