Gastronomía

El Soldado de Tudelilla rompe filas y entrega sus sardinas y guindillas

“Las tropas hosteleras de La Laurel, en agradecimiento a los 55 años de combate de Manolo García Nájera, el soldado que tuvo por armas sardinillas y guindillas y batalló por preservar el vino en porrón”. Con estas palabras despide el ‘ejército’ de la zona gastronómica más famosa del mundo a su soldado, quien rompe filas para recoger su petate y marcharse a “la casa grande”. Merecida jubilación desde este 12 de octubre, Día de la Hispanidad.

Los últimos días los va echando como en la mili, confiesa Manolo: “Un día menos, un día menos, y el día que llega, dices, jodó, pero todo tiene un principio y un final”. Arropado por sus amigos de La Laurel, el militar de la barra logroñesa reconoce que ya es momento de despedidas con toda la gente que quiere y aprecia. “Nos tomaremos unos vinos”, sentencia. No hay otra forma. Muchos años haciendo lo mismo, para qué cambiar si todo ha ido bien. Y si ha ido mal, ya está olvidado.

“Yo no vengo más”, continúa diciendo entre risas y chascarrillos, echando la vista atrás para recordar que las vetustas calles del corazón de la capital riojana fueron hace no tanto muy diferentes: “Esto era otro mundo, alternaba la gente mayor… ahora está mejor que antes”. ¿Su secreto para ‘aguantar’ tantos años? “Querer trabajar y estar con la buena gente”.

Por sus baldosas han pasado multitud de actores y artistas. La cercanía del Teatro Bretón. El que más le ha impresionado en todos estos años ha sido Juan Echanove. “Se me quedó ahí grabado. Lo que entiende de vinos”. Tampoco han faltado políticos. Felipe González, Mariano Rajoy, Alfonso Guerra, que dio buena cuenta en su día de un bocata de sardina con guindilla, y “ese pequeñito que cobra de Hacienda”, Cristóbal Montoro, quien dejó claro que le gusta el picante con las comidas.

¿Y por qué esos platos? “Eran de toda la vida. Desde que se abrió el bar: sardina con guindilla y ensalada de tomate. No hemos cambiado”. Nosotros no. La Laurel, desde este 12 de octubre de 2018, un poco. Su soldado rompe filas. Es hora de volver a casa.

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