Cultura y Sociedad

Julio Iglesias seduce a una periodista riojana sin bajarse del escenario

Julio Iglesias es un seductor… y lo sabes. No es ningún secreto que alrededor del mito de la canción ligera orbitan mil y una leyendas de conquistas y romances. La novedad radica en que esta vez el cantante ni siquiera se ha bajado del escenario para ‘meterle fichas’ a una periodista riojana: Ángeles Espinosa.

Es la propia ‘víctima’ del juego de la seducción quien relata su experiencia en un artículo publicado en el diario EL PAÍS. Ocurrió en la Ópera de Dubai y tuvo como punto de origen un artículo en el que la propia Espinosa -célebre por sus crónicas desde países en conflicto- verbalizaba su sorpresa cuando el diario para el que trabaja le encargó entrevistar al artista.

“La operación de seducción empezó un poco antes del concierto”, explica, detallando que el primero en romper el hielo fue Terry, asistente personal de Julio Iglesias, que le trasladó que “me ha pedido que te transmita que espera que vengas como corresponsal de amor, en vez de guerra”, minutos después de ofrecerle que abandonara el gallinero para ocupar unas butacas en la platea.

Respuestas entre estrofas

Sin embargo, la gran sorpresa llegó en plena actuación. Entre canción y canción, Julio Iglesias empezó a lanzar sus ‘dardos’ a la periodista: “Ángeles Espinosa, tú que viajas por países en guerra como Afganistán, Irak… cuando vuelvas a casa y escribas de mí cuenta que era un joven que no sabía jugar [al fútbol] y aprendí; que no sabía cantar y aprendí, que siempre he luchado y he logrado lo que he logrado con esfuerzo”.

No quedó ahí la alusión del cantante a la corresponsal. “No, no he cambiado, Ángeles; sigo siendo español”, soltó micro en mano, mientras el resto del aforo intentaba encontrarle un sentido a esas palabras y solo Espinosa entendía que era la entrevista más original a la que se había enfrentado.

La propia periodista señala que “la siguiente vez que mencionó mi nombre, ya me había conquistado. Convertida en una admiradora más, bailaba y aplaudía como el resto. Así que al concluir el concierto, hice lo que siempre he leído que hacen los fans, me dirigí al camerino. Había una larga cola a la espera de un autógrafo o un selfi”.

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