Ha vuelto a ocurrir. Lo han vuelto a hacer. A este ritmo, el canto popular tendrá que cambiarse por un “ya estamos en Álava, que se ven las luces”. Porque Carrefour ha sido la última empresa en caer en la ‘trampa’ de sacar a Haro y Ezcaray del mapa de La Rioja.
Lo ha hecho en el contexto de su campaña ‘Act For Food’, con la que conciencia a sus clientes a adoptar hábitos alimentarios más saludables. A través de las redes sociales, la cadena de supermercados ubica en un mapa a las compañías que producen las frutas y hortalizas de sus lineales, pero… ¿Qué ven nuestros ojos? Resulta que la provincia de Álava se ‘come’ La Rioja Alta y cae hasta la zona del Alto Najerilla.
✔️Acción 9 👉 Te garantizamos que nuestras frutas y verduras #CarrefourBIO son de origen nacional >> https://t.co/Nmej5aV0yO #ActForFood#AccionesParaComerMejor pic.twitter.com/H5qbiFJWQj
— Carrefour España (@CarrefourES) 15 de septiembre de 2018
El origen de la pifia
Resulta que no es la primera vez que se produce este gazapo. Una editorial especializada en material didáctico para opositores ‘amplió’ las fronteras alavesas de idéntico modo, teniendo que retirar del mercado esa edición ante las quejas de varios lectores.
¿Casualidad? Demasiado evidente, así que nos hemos puesto a investigar un poco y hemos descubierto que toda la culpa es de Dima, un ilustrador ucraniano, que a buen seguro vive completamente ajeno a la polémica que ha levantado en nuestra región.
¿Cómo es posible que un ‘resbalón’ en la paleta gráfica de un diseñador de Ucrania acabe en la campaña de una de las cadenas de supermercados más importantes de España? La respuesta es más sencilla de lo que pueda parecer. Dima actúa bajo el nombre de usuario ‘Illerlok_Xolms’ en Shutterstock, uno de los principales bancos de imágenes del mundo, en el que los ilustradores adquieren recursos como fotografías o vídeos para desarrollar sus proyectos.
Y en este enlace es donde cualquier diseñador del planeta puede descargarse el mapa político de las provincias españolas elaborado por el artista ucraniano, por el módico precio de 2,90 euros. Así, pues, enigma resuelto.
