San Mateo

Sin toros, no hay fiesta

Foto: Eduardo del Campo

Tarde de expectación, tarde de decepción. Dale las vueltas que quieras. Piensa que si hubiera aprovechado el pitón derecho de ese toro negro (elige el que más te haya gustado), la fuerza de ese otro o el empuje del último, hubiera habido faena, pero son pensamientos etéreos, difusos, ilusiones, sueños, deseos. Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Lo dejó escrito Rubén Amón en un anecdotario taurino de Cúchares a José Tomás.

La Ribera ha vivido esta tarde un ‘déjà vu’. Tantas y tantas veces ha visto lo mismo, que ya se le olvidan. La nada más absoluta. Sin precipicio al que saltar para sentir el miedo. Ni Julián López Escobar ni Diego Urdiales. El mano a mano soñado de San Mateo, una pesadilla fácil de olvidar. Para qué recordarla. Directamente al cajón desastre. Junto. Sin separar. Igual que han salido los toros de Zalduendo, Garcigrande y José Vázquez. Una infamia.

Ni casta ni bravura ni fuerza ni nobleza. Ni siquiera ‘carretones’ que pasarse por la muleta. Aún así, en cuatro manos de lo mejor del escalafón, parecen otra cosa. ‘El Juli’ lo intentó (de lejos, salvo detalles) y Urdiales lo bordó. Los mejores muletazos de la feria han sido para el torero arnedano, sobre todo con la izquierda, pero Logroño no le puede perdonar que falle con la espada.

Oreja en el primero y oreja en el último, por aquello de no dejar mal sabor de boca. Justo premio a dos faenas correctas, sin sobresaltos. El matador riojano, al jugar en casa, ha tenido momentos de abrazar el toreo, pero no era su tarde ni su momento. El matadero era el mejor lugar para la camada de la tarde. Carne. Vulgaridad. Simpleza. Varios muletazos buenos gracias a las muñecas de los diestros (sobre todo de Urdiales) y ya está. Para eso, mejor quedarse en casa. A ver las carrozas.

Ficha

Toros de José Vázquez (primero y segundo), Garcigrande (tercero y sexto) y Zalduendo (cuarto y quinto). Para olvidar.

El Juli, azul marino: oreja, silencio y ovación

Diego Urdiales, azul: ovación tras dos avisos, silencio y oreja tras aviso.

Incidencias: dos tercios de entrada en tarde agradable.

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