El Rioja

“Debemos tener claro si queremos una DOCa grande o una gran DOCa”

Convencido de lo que dice, crítico con lo que no comparte, hasta un punto vehemente en sus convicciones. Pero siempre manejando argumentos y con la fuerza moral que le da el haber levantado una histórica bodega, Gómez Cruzado, que se caía a pedazos y que hoy en día se codea sin complejos con las mejores. Es Juan Antonio Leza, todo un luchador.

Junto a David González, uno en campo y otro en bodega, forma un tándem que ha dado forma a un proyecto envidiable: impulsar una casa centenaria de Haro que languidecía mirando un pasado que ya era únicamente leyenda. “Entramos en bodega en el año 2008 como asesores, opinando y dando razones para un cambio que debía ser radical. Poco a poco Gómez Cruzado fue tomando un rumbo acorde a su pasado. En 2012 nos hicimos cargo al completo del proyecto y lo que vemos hoy en día es el principio de lo que queremos”.

Haro es Haro, la ciudad, el Barrio de la Estación y sus vinos: “Siempre hemos creído que debemos ser fieles a los vinos finos de Haro, unos vinos que han hecho grande a esta zona respetando la honestidad y la elegancia de los clásicos blend. Pero partiendo de esa base, creemos que Rioja es muy diversa y muy grande, que había un camino que explorar para mostrar la singularidad de algunos terruños únicos en su grandeza. Esa es la excelencia de esta DOC, hay espacio para lo clásico y lo innovador”.

La “encerrona” comienza cuando Juan Antonio descorcha un Cerro Las Cuevas, un tinto de esos que no tiembla ante nadie. ¡Cómo conoce las flaquezas de este humilde periodista! “Todos queremos aupar a Rioja al lugar que se merece, pero debemos hacerlo con criterios claros, en Gómez Cruzado no entendemos la nueva normativa que pretende edificar la nueva Rioja empezando por el tejado. ¿Viñedos singulares?, bueno… todas las bodegas tienen viñedos singulares, pero los cimientos para estos vinos comienzan por la tipificación de suelos y climas, no por decir que tal viñedo es mejor simplemente por cumplir unas normas. Sin conocer la tipicidad, empezamos la casa por el tejado, empezamos a decir cuáles son los mejores vinos sin conocerlos”.

“Yo creo”, continúa, “que Rioja se ha hecho sin eso, aunque sin duda es un terreno a explorar. Eso sí, pienso que no es la bandera a la que la denominación se debe agarrar. Rioja se ha hecho grande con vinos grandes, no con vinos de un único sitio que ‘per se’ no significan nada”. Venimos de ver un hermosísimo viñedo que la bodega ha adquirido en Ollauri hace apenas unos meses, un majuelo en terrazas espectacular, “perfecto ejemplo de lo que te quiero explicar, de aquí no sacaremos ni un vino de viñedo singular ni un excelente vino del pueblo de Ollauri, sino un gran vino de Gómez Cruzado”.

Me gusta lo que dice Juan Antonio, me gusta sobre todo porque todas sus ideas las defiende analizando pros y contras: “Te voy a ser sincero, de momento nosotros estamos de perfil con todo este movimiento porque no lo vemos claro. Es un proyecto que nace con muchas incertidumbres y que solo el tiempo dirá si triunfa o fracasa. Personalmente no creo en él porque la normativa no me convence, todos tenemos viñedos singulares y es precisamente ahí donde el proyecto pierde su singularidad y deja de tener sentido. Más que en viñedos únicos creo en las uvas únicas, en las uvas de calidad. Parece irrenunciable una Rioja de dos velocidades. De momento no creo ni en viñedos singulares ni en vinos de pueblo. Rioja es grande por sus grandes vinos que siempre han nacido del blend”. Esto se calienta…

“Mientras unos cuantos alimentemos y empujemos la marca Rioja y otras la ordeñen, esto no tiene futuro. ¿Qué sentido tiene pagar uvas de baja calidad a 90 céntimos y grandes uvas a 1,50? Ninguno. El problema viene porque es insostenible que todas las uvas puedan valer un euro, se paga por grava mucho dinero; pero hay bodegas que lo compran todo para hacer volumen y, seamos sinceros, eso para el agricultor es comodísimo, muy rentable y muy fácil”.

Este debate viene de lejos, ¿papel o calidad?: “El máximo es lógico en precios, el problema llega por lo que se paga de mínimo. Llevas medianía en el remolque pero con papel, y vale. Te lo pagan, miran para otra parte y seguimos dando vueltas a la rueda. El futuro pasa por una Rioja de dos velocidades, o tres, ¡o las que hagan falta!, pero donde el mercado y los precios coloquen a cada cual en su lugar. Hay una parte de Rioja que está metida de lleno en la mediocridad. A veces me desespero cuando veo el volumen de la DOC, ¿sobran 150 millones de kilos de uva?, ¿20.000 hectáreas?, creo que sí, pero ya no hay vuelta atrás y lo que debemos hacer es que puedan convivir la Rioja del volumen con la Rioja de la calidad”.

Ampliamos horizontes

“Tenemos que creernos lo que tenemos y consolidar un proyecto global. Rioja es una de las grandes, pero dando por hecho que nuestros vinos se sitúan en la liga de los ‘top’, estamos obligados a hacer un destino atractivo para el turismo de nivel poniendo en valor lo que tenemos”. No puedo estar más de acuerdo con Juan Antonio cuando afirma convencido que en muchas ocasiones nos perdemos en batallas de segundo nivel.

“Calidad y honestidad, por ahí debemos caminar. Dispersamos energías intentando enarbolar 27 banderitas cuando tenemos una que es potente, el vino. Llegan turistas, pero no de calidad. Debemos mimar al que nos visita, respetar el entorno, hay que formar los medios humanos, cuidar los complementos como la restauración y el paisaje. El enoturismo puede ayudarnos mucho, pero es un conjunto de elementos. Es difícil, claro que es difícil, pero nos tenemos que poner en movimiento ya, hoy mejor que mañana para no perder este tren que parece que estamos obstinados en perder”.

En fin… vuelta al presente inmediato: ¿Cómo viene la cosecha? “Tardía, buena en calidad pero muy problemática. El trabajo en campo ha sido agotador, seguimos deshojando y aclarando racimos, y estamos a mediados de septiembre, pero si el tiempo acompaña hay calidad en la viña. Me da miedo la botrytis porque se están dando todas las condiciones para que ataque, por eso hay que estar alerta y trabajar en la viña para evitarla. Calculo que en quince días empezaremos con el blanco y el tinto habrá que hacer parcela por parcela. Terminaremos casi en noviembre. Pero también te digo que este año en un montón de sitios se va a vendimiar más por sanidad que por madurez”.

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