Han pasado muchos, muchos años. Pero el 1 de septiembre es, desde 1880, una fecha ligada a la tragedia en La Rioja. Porque este sábado se cumplen 138 años del naufragio en Logroño que se saldó con la muerte de 90 militares procedentes del Regimiento de Valencia.
El suceso se produjo en un paso provisional instalado por el Ejército después de que una riada dañara el puente semanas atrás. Dicho paso no era otra cosa que una balsa guiada por una cuerda gruesa sujeta a ambas orillas del río.
Aquel 1 de septiembre, un pelotón se disponía a cruzar el puente para realizar unas maniobras, pero los responsables no calcularon bien el peso que podía soportar la balsa y se produjo el accidente más mortífero de la historia de la región, cuando el agua empezó a entrar en la embarcación.
“Pudieron y debieron salvarse”
Según el relato del informe facultativo redactado por el coronel Vicente Climent y Martínez aquel mismo año, la balsa empezó a zozobrar y se produjo “un pánico motivado o inmotivado que tuvo instantáneamente las más terribles consecuencias”. Nada menos que 90 personas perdieron la vida “porque estos infelices cayeron atropellados, lanzados por la masa inconscientes de las compañías de estribor, pero (y aquí está lo terrible) cayeron unos sobre otros, aplastándose, sin poder desprenderse para sacar las cabezas fuera del agua, a pesar de la poca altura de esta; siendo por esto víctimas los que sin tal circunstancia pudieron y debieron salvarse”.
En la actualidad, un monolito del Ejército recuerda aquella tragedia en el cementerio de Logroño, con una lápida en la que aparecen grabados los nombres de aquellas noventa víctimas del suceso más traumático en la historia de Logroño.
