El Rioja

“Se va a triplicar la factura de fitosanitarios: es una campaña especialmente complicada”

Botritis, mildiu y oidio, principales amenazas en viñedos

Viñedos inundados en Fuenmayor

“Hay que tratar”, repiten una y otra vez los agricultores. Es la actividad más en auge estos días en el ámbito agrícola riojano. Tras las tormentas no llega la calma en el campo, pero sí las urgencias, las preocupaciones y la necesidad de aplicar tratamientos: unos preventivos y otros paliativos.

“Está siendo una campaña excepcional y especialmente complicada: en términos generales se va a triplicar la factura de fitosanitarios por hectárea, que habitualmente suele ser de 250-300 euros”, explica David Castro de la empresa Garañango, asesoría y servicios agrarios. “En estas fechas, otros años, el mayor riesgo que tenemos es el oidio; lo que sí es habitual es que el agricultor acompañe al tratamiento antioidio con uno antimildiu”, precisa.

Pero este 2018 no está siendo habitual: “Antes del pasado fin de semana de tormentas, en muchas localidades de La Rioja ya habíamos tenido mucha pluviometría y llevábamos ya bastantes tratamientos”, añade.

Alerta: “Hay unas condiciones ideales para la instalación de la botritis”

Ahora, con el agua de estos pasados días, “se ha agravado más la situación, porque ha caído habiendo ya enfermedad presente de mildiu. Además, al caer las tormentas previas al cierre total del racimo hay unas condiciones ideales para la instalación de la botritis. 

Viñedos de Bergasa y Murillo | Foto: Martínez Carra

Ahora se queda de forma latente y luego, en vendimias, cuando ya tiene condiciones climatológicas, es cuando la botritis se desarrolla y estalla: suele hacerlo de la zona interna del racimo (donde se ha instalado ahora) hacia fuera, es decir, que se pudre”, subraya David Castro.

Para hacer frente a esa citada botritis latente y todo lo demás (mildiu y oidio), el técnico en fitosanitarios de Garañango aconseja echar un antimildiu sistémico para mayor persistencia en vías de protección, de calidad alta, también un antioidio y un antibotrítico preventivo.

A ello se suma el daño hecho por el granizo, “que a su vez son focos de infección de botritis y que hay que entrar a cicatrizar dichas heridas lo más inmediatamente posible. Esto se haría con productos cicatrizantes, que suelen contar con un alto contenido en folpet (molécula de patente libre), y un antibotrítico”, precisa Castro.

Pero no son solo estas las amenazas a las que se enfrenta el viñedo en este tiempo, también a la polilla del racimo. “Este año va más tardío el vuelo de la polilla por condiciones meteorológicas. En la primera generación, que apareció hace semanas, se detectaron bastantes ejemplares, por eso en la segunda generación, que podría aparecer la próxima semana, conviene tratar”, aconseja el técnico de Garañango.

De toda esta circunstancia producida por las tormentas, como indica Castro, se salvaría como excepción, una parte de La Rioja Baja y en Rioja Alavesa la zona de Labastida con Haro.

*Vídeo: David Castro, de Garañango

Los perales de la zona del Iregua, muy dañados y con necesidad de tratamientos

En el ámbito de los frutales, uno de los cultivos más afectados por las tormentas del pasado fin de semana han sido los perales de la zona del Iregua, Albelda y Entrena, especialmente.

“En Albelda ha podido sufrir los efectos del granizo un 90% de las plantaciones, está muy dañado; en Entrena, ha cogido unas zonas intensamente, pero no ha afectado a otras”, precisa Sixto Cabezón, técnico de la DOP Peras de Rincón de Soto. Y es que muchas de las fincas de este valle del Iregua también están adscritas a la DOP.

En estos momentos, según explica Cabezón, hay varios frentes abiertos en cuanto a tratamientos: por un lado los que tienen que ver con la carpocapsa (un gusano), por otro la ‘mancha negra’ (hongo) que se ve acrecentada con las humedades actuales. “En estos momentos sería adecuado tratar con ‘Captan’ que ayuda también a cicatrizar”, puntualiza el técnico de la DOP Peras de Rincón.

También es tiempo de luchar contra la psila, que “cada vez más se realiza a través de depredadores”, indica Cabezón, y contra el fuego bacteriano, si bien este “no se puede tratar en estas fechas”. Respecto al fuego, el técnico de la DOP admite que otros años la incidencia había bajado, “ahora está normal, por ello los agricultores deben vigilar las parcelas y las ramas”.

Así están las cosas ahora, pero pintaban de otra manera hace unas semanas… “En principio las previsiones de la cosecha eran muy buenas en los 18 municipios que opera la DOP, y había poca incidencia de hongos, pero el principal problema ahora es el granizo: una pera con golpe, aunque cicatrice porque todavía no tiene mucho azúcar, puede pagarse a la mitad de precio”, concluye Sixto Cabezón.

Perales en Entrena, tras la tormenta del fin de semana pasado.

 

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