Gastronomía

Primera edición del Logroño Cooking Fest o cómo romper tópicos

A veces los estereotipos están para romperlos: que los productos de la huerta son de “toda la vida” y no son los más chic para la cocina moderna, pues va el colectivo de cocineros logroñeses Cooking Team y en un evento muestran cómo de lo local pueden surgir virguerías gastronómicas; que las plazas de abastos son para comprar género fundamentalmente (o al menos lo eran), pues la segunda planta del Mercado de San Blas de Logroño se convierte en un lugar de degustación, no de compra; que los hombres no se abanican…

Pues habed estado este jueves al atardecer en el Logroño Cooking Fest y habríais sido testigos de cómo con folletos, con los propios tickets de las entradas, incluso con unos cuantos abanicos verdes del Club Deportivo Berceo, los caballeros trataban de refrescarse en un ambiente cálido en todos los sentidos.

Porque la plaza de Abastos de Logroño ‘marida’ bien con este tipo de eventos culinarios, pero cuando el calor apremia todavía no ha llegado a tener sistemas de ventilación.

Y ahí el vino blanco tuvo algo que decir para aliviar a muchos. Aunque las cuatro bodegas logroñesas que participaban (Olarra, Viña Ijalba, Marqués de Vargas y Ontañón) admitían al final que había sido reñida la competición entre blanco y tinto. Si bien los caldos fresquitos habían arrasado al principio, mayormente de viura y alguno de maturana blanca (como el ecológico de Ijalba), en la última parte de la velada los tintos había ido recortando terreno.

Aunque si hubiera que empezar por algún lado en la crónica de esta primera edición del Logroño Cooking Fest, que organizaba el Cooking Team junto al Ayuntamiento de Logroño, la duda sería si hacerlo por las cuatro variedades de aceites ofrecidos por el Consejo Regulador Aceite de La Rioja que se degustaban en la entrada de la sala o por los reconocimientos…

Y es que antes de disfrutar de los siete pinchos a los que podían acceder las 140 personas que habían conseguido entrada, hubo tiempo de homenajes. De nuevo Lorenzo Cañas se llevó el cariño tanto del Cooking Team, como del Consistorio, con la alcaldesa Cuca Gamarra.

Después, entre reparto y reparto de su pincho ‘Bernabé’, el mítico cocinero del restaurante La Merced admitía a este medio que “asusta recibir tanto homenaje, eso significa que uno se hace mayor, pero los agradezco, me siento muy orgulloso y más si son en mi tierra y de un grupo de profesionales como el Cooking Team”.

Y comenzaba con su baile de cifras: “Llevo casi sesenta años en la cocina, estoy a punto de cumplir 72; hace unos 55 años venía en persona a comprar a este mercado y hoy estar en este entorno tan especial es increíble; a los 25 años ya viajaba solo por el extranjero…”. Es lo que tiene ser pionero, ser una referencia y comenzar a ser un veterano…

Pero no solo Cañas salió con ‘premio’. El principal, económicamente hablando, se lo llevó ‘El nuevo gorrino cojo’. Ellos fueron los ganadores del concurso organizado por el ‘Día de la Tapa’ en Logroño, celebrado el pasado 21 de junio, con la tapa ‘Trucha con gorrino’.

Y, por fin, llegó el momento de comprobar in situ la gastronomía evolucionada que sugerían los larguísimos nombres de los platos elaborados con productos locales por el Cooking Team (que conforma Miguel Martínez-Losa, de Grupo Pasión; Ramón Piñeiro, de La Cocina de Ramón; Juan Carlos Zapatero, de Moderna Tradición; Álex García, de Umm, Food and Drink; José Luis Vicente Gómez, de Txebiko y José Félix Rodríguez, de La Galería).

A decir por las caras de los asistentes, la pena no hizo acto de presencia, más bien todo lo contrario. Gustaron las singulares creaciones culinarias y ya empezaba a sonar entre los presentes una sugerencia, que la propia alcaldesa había hecho: cuándo será la próxima edición. Aquí, quizás, sí se cumplieron los tópicos: sin terminar de comer ya estamos pensando en la siguiente comida.

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