La Asociación de Geógrafos Españoles lo tiene claro: en La Rioja se ha “despilfarrado” en infaestructuras una cantidad conjunta de 253,4 millones de euros en las últimas dos décadas. Parece una propina comparado con más de 80.500 millones tirados al traste en todo el país, pero no deja de representar en torno a un cuarto del dinero con el que La Rioja salva un año natural en sus Presupuestos.
Según el boletín de la asociación, la mitad del dinero gastado sin ton ni son en España se corresponde con la inversión en Alta Velocidad ferroviaria, un problema que, por ahora, no tenemos en nuestra región. Aquí el dinero público se ha ido por carretera y por el aire.
Porque a criterio de los geógrafos, la inversión más catastrófica en la historia reciente de La Rioja (entendiendo como tales las “infraestructuras innecesarias, abandonadas, infrautilizadas o mal programada”) ha sido la conexión de la A-12 entre Logroño y Burgos, que representó para las arcas públicas un dispendio de 200 millones de euros.
La ‘medalla de plata’ se la lleva el Aeropuerto de La Rioja, que forma parte de ese tercio de infraestructuras aéreas que los geógrafos consideran “prescindibles” al analizar la información oficial de AENA sobre el número de pasajeros. La AGE tasa esta operación en un saldo negativo de 33 millones de euros.
La infraestructura más popular (para lo bueno y para lo malo) en la región, el enlace de la AP-68 en Logroño, es la última de las señaladas por los geógrafos como deficitaria, al considerar que en ese proyecto se marcharon por el sumidero entorno a 20,4 millones de euros. Habrá que venir a La Rioja en globo.
