La Rioja

Bicilog: una semana de servicio en Logroño con notables vías de mejora

Tras una semana en funcionamiento, BiciLog se encuentra operativo solo parcialmente y con algunos errores de bulto

El nuevo servicio de alquiler de bicicletas urbanas de Logroño, Bicilog, ha alcanzado este viernes su primera semana en funcionamiento. Es una de las prestaciones que más se han hecho esperar en la capital riojana, pues la cronología de su implantación ha estado marcada por los retrasos en todo momento.

A finales de mayo del pasado año tuvimos las primeras noticias de Bicilog (entonces, se le conocía como ‘Logrobici’), un servicio que previsiblemente estaría operativo en julio. Pasó el séptimo mes del año y en agosto el Ayuntamiento modificó el contrato para incorporar “un nuevo aporte informático y nuevas estaciones y bicicletas”. Se fue el verano y en noviembre el Consistorio volvió a recordar que trabajaba en la entrada en funcionamiento de este sistema, que se puso en marcha el pasado día 9.

Pese a las demoras relatadas, Bicilog se encuentra operativo solo parcialmente: tan solo la mitad de las veinte estaciones proyectadas están disponibles y el resto se irá incorporando paulatinamente. No es el único aspecto del servicio que todavía no funciona al 100%. Estas son algunas de las deficiencias que hemos detectado en esta primera semana de vida el sistema, tras utilizarlo en primera persona.

Web ‘copy-paste’ y con dificultades de registro

La página web del servicio ofrece serios indicios de improvisación desde que su entrada en funcionamiento. Algunos de los apartados -como el vídeo explicativo del servicio (es una captura de pantalla) o  la solicitud de información para contratar publicidad en las bicicletas- no llevan a ninguna parte y en los primeros días de servicio los usuarios tenían que registrarse en la propia estación de alquiler, porque en la web daba error.

A título de curiosidad, cabe reseñar que la página incluye ‘Opiniones de clientes’, como las de un asesor llamado Paco Martínez y la estudiante María González. Se ve que lo de la movilidad lo llevan a rajatabla, porque esos mismos ‘clientes’ repiten su opinión en las webs del mismo servicio de alquiler de bicicletas de ciudades como Murcia, Benidorm, Altea, Ponferrada, Majadahonda, Gandía, Getafe o VilaGarcía de Arosa, gestionados por la misma adjudicataria. Lo mismo sucede con la información del servicio: genérica y un calco en todas las ciudades que han contratado el servicio.

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App incompleta

El servicio de alquiler de bicicletas, además de la web oficial, invita a descargar a tu dispositivo móvil una app que facilita información sobre las estaciones y bicicletas disponibles en la ciudad. Pues bien, aunque los logroñeses pueden montar en sus bicis desde hace una semana, la aplicación móvil aún no ofrece ningún tipo de información sobre el servicio en la capital riojana, pero sí sobre el de otras ciudades gestionadas por la misma plataforma.

Problemas ocasionales de conexión

A los mencionados problemas para completar el registro en el sistema a través de la página web hay que sumar pequeñas desconexiones puntuales en las estaciones donde se retiran las bicicletas. Cierto es que su incidencia es casi anecdótica en esta primera semana de servicio, pero de repetirse con mayor asiduidad puede representar un problema serio, pues sin conexión la estación queda inutilizada al ser imposible desanclar la bicicleta de ella.

Posibles colapsos

No todo van a ser pegas. La distribución de las estaciones de alquiler (cuando estén operativas las veinte) parecen cubrir con holgura la práctica totalidad de la ciudad. Para entenderlo, basta con echar un vistazo al mapa que elaboró Rubén Carbonero para mejorenbici.es cuando el Ayuntamiento anunció la ubicación de los puntos de entrega y recogida de bicicletas. En amarillo aparece coloreada el área que se encuentra a menos de cinco minutos a pie desde cada una de las estaciones y, salvo excepciones, siempre vas a tener una ‘a tiro’.

Ahora bien, también vale la pena ser previsores ya alertar sobre el posible colapso que alguna de estas estaciones puede sufrir en fechas señaladas y horas punta. Un claro ejemplo es el de Las Norias. A buen seguro, durante la primavera (aún no está operativa), tenga una demanda aceptable de bicicletas.

En cambio, con la apertura de las piscinas los veinte vehículos previstos se antojan escasos: basta con que del resto de estaciones salga una sola bici para pegarse un chapuzón para que se produzca el colapso y no haya ningún otro sitio para aparcar la bicicleta. Una cuestión que solo puede solventar una ágil reposición por parte de los responsables del servicio, que puntualmente deberán redistribuir esos vehículos por otras estaciones.

Este extremo ya lo apuntaba el propio Rubén Carbonero con la entrada en funcionamiento del servicio, además de advertir que alguna estación puede ser utilizada solo ‘de bajada’.

Así, como principal conclusión, da la impresión de que el servicio de alquiler público de bicicletas se haya resuelto con prisas (a pesar de los continuos retrasos) y demasiados aspectos sin ‘chequear’ antes de su puesta en funcionamiento. Por suerte, la solución para estas cuestiones susceptibles de mejora no debieran implicar grandes problemas.

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