La Rioja

Dieciocho ideas para refugiarse (por gusto o por necesidad) en la montaña riojana

Pasar unas horas en plena armonía con la naturaleza. Todo un capricho para los amantes del medio natural que se vive del modo más intenso posible en un refugio de alta montaña o en la vereda de un río. Porque La Rioja ofrece casi una veintena de posibilidades para mimetizarse con el entorno durante el tiempo que permitan la paciencia del aventurero o los víveres que lleve en su mochila.

En la región hay dieciocho refugios para todos los gustos y necesidades: viviendas abandonadas con la comodidad suficiente para pasar la noche hasta que el alba permita emprender la marcha, habitáculos de emergencia como el del pico San Lorenzo o estancias con capacidad de hasta 16 plazas para vivir una experiencia en comodidad.

Si lo que se pretende es huir del mundanal ruido y la contaminación lumínica, un buen plan puede consistir en visitar el refugio de Turruncún. Sombra de tiempos más prósperos, la aldea riojabajeña mantiene vivo un merendero con capacidad para quince personas al que puede accederse directamente en coche desde la LR-123.

No demasiado lejos de allí, a medio camino entre Avellaneda, Ajamil y la linde con la provincia de Soria, el refugio de Monte Real puede salvar de un apuro a los excursionistas que se ven sorprendidos por las adversidades del clima o la caída de la noche. Pero es en el entorno de los parques naturales de la Sierra de Cebollera y los Picos de Urbión donde se concentran las mayores posibilidades para los amantes de este tipo de habitáculos.

Refugio de Ajamil

El del Achichuelo (con capacidad para dieciséis personas) se antoja como el ideal punto de partida y llegada para emprender excursiones por sus senderos, dejando el vehículo a buen recaudo en su exterior, mientras que el río Urbión cuenta en su valle con hasta cuatro refugios (Tacudía, Del Pino, Rosabaila y Hoyo Bellido) que harán más llevaderas las largas caminatas, que pueden extenderse con una buena dosis más de exigencia hasta el San Lorenzo.

Refugio del Achichuelo

Pero volvamos a los excursionistas más ‘cómodos’. No suena mal eso de pasar una noche a pocos metros de un río, con vistas a un monte poblado de árboles y bajo un manto estrellado. Pues es posible en el refugio Paramanos, poco antes de llegar a Mansilla a través de la LR-113. Quítale el Najerilla, añádele las sinuosas curvas de la LR-232 y encontrarás experiencias similares en los de Peña Hincada o El Robledillo, muy cerca de Ortigosa.

Refugio de Paramanos

Recuerda que esto no es más que un buen puñado de propuestas en las que el grado de comodidad de la estancia lo decides tú. No olvides, por tanto, que siempre puedes acabar decantándote por pasar la noche en una de las cientos de coquetas casas rurales de La Rioja. Tú estableces el grado de aventura.

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