Arnedo celebra del 26 de septiembre al 2 de octubres sus fiestas patronales en honor a San Cosme y San Damián.
Bando del alcalde de Arnedo, Javier García Ibáñez
Desde que se asienta el aire de Septiembre, se nos alteran levemente los pulsos a los arnedanos, y a medida que se acorta el día, lo que para muchos es preludio de tristeza porque mengua la luz, para nosotros, Septiembre es un día a día que se acerca a esa mañana de San Cosme y San Damián, en la que todo acogimiento tiene cabida, sea con las maneras informales de una madrugada de anís y galletas de coco, sea con la formalidad – en procesión poco formal – de quienes, por la función o el cargo, acudimos con la mejor “muda” posible.
La actitud de acogida, que en mi opinión la tenemos en general los arnedanos como cualidad individual, proviene, probablemente, de que tenemos la fortuna de ser producto de entrecruzamiento de muchos pueblos y culturas diferentes, y cada uno ha dejado a su paso su peculiaridad.
Las idas y venidas, los asentamientos, las correrías y tropelías de unos y otros por esta tierra nuestra, de paso entre el Valle del Ebro y la Meseta de Castilla, nos han dejado desde técnicas de riego hasta dulces de cualidad propia; pero sobre todo, actitudes abiertas ante una forma de pasar la vida.
Y es que, tenemos que caer en la cuenta los arnedanos, que recibimos con buena cara y cantares, incluso a quienes llegan a nuestra ciudad con la ilusoria pretensión de que, este año sí – dicen – nos van a robar los Santos. Seña de mestizaje lo es la ascendencia arábiga de nuestros Patronos y la capacidad de mezcla de la arena que da nombre a la ciudad. Ello nos da ventaja a los arnedanos de reconocernos, sin esencias de talibán, en la misma capacidad de acomodación y variedad que a primera vista son también reconocibles en las Fiestas de una ciudad en las que nadie se ve como forastero.
Y hablando de acogida y aperturismo, Arnedo está inaugurando un capítulo más de su historia con nuevos tiempos modernos que se avecinan. La exposición “La Rioja Tierra Abierta” nos está enseñando a descubrir el despertar de una ciudad inconformista, que en el siglo XX anheló crecer, evolucionar y revolucionar. Una ciudad que supo encontrar la horma de su zapato a través de la constancia y perseverancia.
Una mirada, la de esta exposición histórica, que a través del Cine nos ayuda a componer el relato de una ciudad de sucesos, personajes ilustres, señoríos, confluencia de culturas, revolución industrial y crecimiento demográfico, cultural y social. Un año el presente, que supone un punto de inflexión en el rumbo que Arnedo ha de tomar para seguir siendo vanguardia en todo aquello que sueñe.
Para ir terminando, como bien nacido que soy, quiero expresar mi agradecimiento por el trabajo que, junto al Ayuntamiento, realizan las Asociaciones, Colectivos y Peñas para garantizar el éxito festivo, así como a quienes nos protegen y trabajan para que todo esté a punto. Por lo demás, báilese y cántese lo que el cuerpo aguante, duérmase lo poco que sea menester, sáquese a los mayores de casa para que también participen, acordémonos de quienes faltan y sepa en fin el mocerío que donde estén, allí se encuentra la Fiesta.
