Son demasiados los elementos que giran en torno a la Semana Santa como para no considerarla una cita de interés en cualquier territorio del país. En La Rioja, además, hay mil y una formas diferentes de revivir la pasión, muerte y resurrección de Cristo, lo que convierte a estos ocho días como uno de los platos fuertes de la actividad turística en la región durante todo el año.
Desde NueveCuatroUno te proponemos seis lugares que debes visitar sin falta si esperas empaparte de la heterogeneidad de la Semana Santa riojana. Si aun así nuestros argumentos no te convencen, no olvides que desde Agoncillo tienes abierta una vía de escape para huir unos días con destino Italia o Austria.
¡Por Tutatis!
No llevan gafas de sol con monturas fluorescentes ni lucen bañadores ‘fardabolas’, pero el caso es que Calahorra se llena de romanos durante la Semana Santa. No dejes de visitar la segunda ciudad más grande de la región si quieres visualizar cómo era la vida en Calagurris hace dos mil años.
Mercaforvm celebra sus 22 años de historia entre el Sábado de Dolores (8 de abril) y el Domingo de Ramos con la representación de ‘Scola Quintiliani’, que repasa las andanzas de Marco Fabio Quintiliano, el calahorrano más ilustre con permiso de Nacho Guerreros. Si te quedas por la ciudad, no debes perderte la escenificación de la pasión de Cristo a cargo del Grupo Paso Viviente, en la noche del Jueves Santo.
Quien se pica…
Aunque la Semana Santa en universalmente conocida por sus torrijas y el arroz con leche, en Arnedo el protagonista indiscutiblemente es el ajo asado. En la mañana del Jueves Santo caerán entre pecho y espalda la friolera de 9.000 ajos y 2.250 huevos (a repartir entre los asistentes, se entiende), debidamente asados en la hoguera.
Si, por lo que sea, alguien se queda con hambre en la Ciudad del Calzado, durante toda la Semana Santa y los fines de semana de abril se desarrolla la Ruta del Pincho del Ajo, en la que participan 36 establecimientos. Recomendamos ir besados ya de casa y las autoridades garantizan la ausencia total de vampiros en la zona.
Hablando de picarse… San Vicente
A buen seguro sea la principal seña de identidad de la semana de Pasión en La Rioja. En San Vicente de la Sonsierra las noches del Jueves y Viernes Santo están inconfundiblemente protagonizados por los Disciplinantes de la Cofradía de la Vera Cruz, más conocidos como los ‘Picaos’.
Nadie conoce su identidad ni los hechos que les llevan a flagelarse, pero el restañar de los latigazos contra la piel es algo que no se olvida fácilmente. Para vivirlo en primera persona (como espectador, se entiende), debes saber que los Disciplinantes acompañan a la procesión de la Santa Cena (Jueves Santo, 19.30 horas), a la Hora Santa (esa misma noche, a partir de las 23 horas), la Procesión del Vía Crucis (Viernes Santo, 11.30 horas) y el Santo Entierro (esa noche, a partir de las 20.30 horas).
Tierra de procesiones
Es en la capital riojana donde los amantes de los pasos tienen más dónde elegir. Quince procesiones entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección completan la Semana Santa de Logroño, que el año pasado obtuvo el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional.
En NueveCuatroUno te ofrecemos la información más completa sobre cada una de estas estaciones de penitencia y, para ir abriendo boca, te dejamos un vídeo para que te decidas a vivirla de cerca.
La Pasión de Villoslada
El Sábado Santo, al no haber procesiones, se antoja como una jornada oportuna para revivir la historia más grande jamás contada de un modo diferente. En Villoslada de Cameros, y con la Sarga como decorado privilegiado, se celebra la representación de La Pasión.
Conviene andar avezados para poder presenciarla en vivo, ya que el aforo es limitado y las mil localidades disponibles (repartidas en dos sesiones, a las 18 y a las 20 horas) se distribuyen en los establecimientos del municipio. El espectáculo cuenta con un guion propio y durante el mismo se interpreta una jota de pasión. Del elenenco destaca Anna Campmany, soprano del Coro de Cámara del Palau de la Música.
Calderilla para todos
Como lo oyes. En un pueblo de La Rioja reparten dinero el Domingo de Resurrección. Se conoce como ‘Los Aleluyas’ de Ezcaray y para conmemorar los tiempos pretéritos en los que las clases altas regalaban calderilla y comida entre el vasallaje. Desde el balcón de la iglesia, además de billetes y monedas, también se reparten caramelos por aquello de integrar a los más pequeños.
Arde, Judas
La Semana Santa no existiría si en su momento Judas Iscariote hubiera tenido un contrato indefinido o, simplemente, no se hubiera dejado llevar por la avaricia. Pero claro, aceptó las treinta monedas de oro y pasó lo que pasó.
Cada Domingo de Resurrección, Alfaro recuerda con cariño a la figura de Judas, quemándolo entre vítores en las calles de la ciudad. Por si la combustión espontánea no fuese suficiente homenaje, su ‘alter ego’ (elaborado con trapos y paja) se muestra caracterizado como los personajes contemporáneos tan queridos como el Iscariote y colgados de una cuerda.
Para quitarse el mal cuerpo, los alfareños y los cientos de visitantes que acuden a la localidad cigüeña ingieren en el campo y muy a su pesar infinitud de tortillas elaboradas con todo lo que encuentran en la despensa, como espárragos, ajos tiernos, chorizo o setas. Gobierno regional y Ayuntamiento están trabajando para convertir esta fiesta en Interés Turístico Nacional.
¿Quién dijo que la Semana Santa de La Rioja era monótona? Quien no la disfruta, definitivamente, es porque no quiere.
