Para arrancar con buen pie la nueva etapa que el PP de La Rioja tiene por delante, José Ignacio Ceniceros debe cerrar una cuenta que tiene pendiente. Importante. Importantísima. Desvelada al finalizar el Congreso a modo de confesión. El ahora también presidente de los populares no pudo ir anoche a la calle Laurel como suele hacer casi todos los viernes del año y ese cambio de rutina debe ser corregido cuanto antes. “Mi mujer me ha dicho que me han echado en falta en todos los sitios”, reconocía antes de abandonar Riojaforum.
No hay nada más triste que te echen de menos en tu bar de siempre porque eso sólo puede significar dos cosas: estás muerto o te presentas al congreso de un partido político. En el caso de Ceniceros, es lo segundo. Suerte para él. Además, vencedor de una pelea en la que PP deja atrás veinticuatro años de ‘sanzismo’ con un ‘impás’ de una hora en el que la tensión era más que evidente en la cara de todos los citados un sábado por la mañana para decidir quién lideraba su partido.
El tiempo es algo tremendamente subjetivo cuando en el final del camino hay una victoria o una derrota que pueden cambiarte la vida. Bien lo sabían los jugadores del Inter de Milán, quien tras ganar por 2-0 al Real Madrid en la ida de semifinales de la Copa de la UEFA (años 80) escucharon una frase convertida en historia del fútbol: “Noventa minuti en el Bernabéu son molto longos”. Juanito fue el artífice de aquella expresión, profecía de un 5-1 que le endosó el equipo merengue al conjunto italiano clasificándose así para la final de ese mismo torneo.
El tiempo fue el mismo y las agujas del reloj giraron a la velocidad de siempre, pero en la cabeza de aquellos jugadores no resonaba otra cosa: “Noventa minuti en el Bernabéu son molto longos”. Y algo parecido les ha pasado a los miembros del PP de La Rioja este sábado en Riojaforum. En su caso, no han sido noventa minutos sino 45, los que han pasado desde la hora a la que estaba prevista anunciar el nuevo líder del partido y el momento en el que finalmente se ha hecho. Sin despegar las miradas de los teléfonos móviles, todos en el Palacio de Congresos resoplaban en busca de información. ¿Cómo va? La información llegaba con cuentagotas.
En un rellano que da acceso a la sala más grande del centro, el equipo de José Ignacio Ceniceros hacía piña mientras el recuento de las mesas iba llegando. Cuca Gamarra permanecía refugiada en algún otro lugar en iguales condiciones y mismos nervios. No había tregua. Siete arriba. Cinco abajo. En una nos han sacado veinte votos… caras de intranquilidad y resultados ajustados que elevaban aún más una tensa calma donde nadie se atrevía a lanzar una voz más alta que otra. Entre las butacas del público, la misma sensación de inseguridad. Pasillo va, pasillo viene.
Mientras, en el escenario, un solitario Javier Merino miraba el móvil (como todos) e iba tornando un serio semblante en una pequeña mueca de tristeza-enfado. Los votos comenzaban a caer del lado ‘cenicerer’ y su lideresa iba cayendo en las apuestas. El punto de no retorno ha llegado cuando una fotógrafa se ha dispuesto a sacarle un primer plano y éste la ha mandado a pasear. Fotos no. No había duda. Cuca Gamarra iba perdiendo el Congreso y sólo faltaba recibir la autopsia del forense vía Whatsapp.
También en forma de sonrisas cuando la guardia pretoriana de Ceniceros descendía las escaleras del auditorio. No han podido evitarlo. “45 minuti en Riojaforum son molto longos”. Eternos. La tensión acumulada en las últimas semanas (meses), donde los ataques entre los miembros del PP han llegado al cauce personal y donde ningún afiliado pensaba que podían llegar, se ha ido expulsando con abrazos en un lado y con una marcha ligera para abandonar la orilla del Ebro en el otro. No había nada que hacer allí para el bando perdedor. Tampoco para el ganador. Tocaba iniciar una nueva etapa desde la calle Laurel.
