Ante las constantes imprudencias que se cometían en las atracciones de Las Barracas durante las fiestas mateas, la guardia municipal desplegó para la ocasión un importante operativo de control y vigilancia. Se pidió la ITV a los cochecitos del carrusel, la velocidad del Tren Chispita se limitó a veinte kilómetros por hora, se acordonaron las áreas susceptibles de peligro, se ordenó la circulación de los peatones e incluso se reguló el tráfico en los autos de choque.
En la foto, un incidente sin consecuencias provocado por una mala interpretación de las señales gestuales realizadas por el agente.