Bastante complicada es ya nuestra existencia como para que nos vayan poniendo obstáculos en nuestro camino. Entiendo que el mantenimiento de una ciudad es una misión harto complicada. Cuando no se estropea una farola aquí, unos vándalos se cargan un banco allá, o un coche decide hacer un recto en una rotonda. Pero si queremos ser, como siempre hemos pretendido, una ciudad de primera división, en todos los aspectos, no sólo en el deportivo, hay que cuidar los pequeños detalles.
Y es que en el Parque Las Gaunas, el creado en el solar que dejo el añorado estadio de fútbol del llorado Club Deportivo Logroñés, hay una serie de deficiencias en su embaldosado que convierten determinadas zonas en un peligro, y que si no se pone remedio, más de una anciana cadera se quedará por el camino. Baldosas rotas y levantadas, la superficie abombada sin árboles cercanos a cuyas raíces echar las culpas, bordillos ocultos entre el suelo llano que pueden hacernos dejar los piños de recuerdo en tan celebrado espacio.
El desgaste es obvio en toda su superficie, lo cual tratándose de un espacio reciente, de poco más de 10 años de existencia, es preocupante. Pero sobre todo se concentra en la esquina de Diego de Velázquez con Club Deportivo, resultando a todas luces peligroso, como se puede ver en las imágenes. Esperemos que el Ayuntamiento tome buena nota.
