La Rioja

“Por las horas a las que han sido los atentados, he debido de pasar diez o quince minutos antes por Maelbeek”

Llevar este martes en Bruselas una vida normal y continuar con la rutina ha sido misión imposible. La única diferencia que ha marcado el devenir del día para los habitantes de la capital comunitaria ha sido si los atentados les han pillado ya en su lugar de trabajo, llegando al mismo o todavía en casa. Son los casos de los riojanos Ivo André Alho Cabral y Gonzalo Urbina, ambos trabajadores de la Comisión Europea y que hoy no han podido trabajar, pese a que el primero estaba en su oficina a primera hora de la mañana: “Por las horas a las que han sido los atentados, he debido de pasar diez o quince minutos antes por Maelbeek”.

Ivo André confiesa que no se ha enterado de lo que había pasado hasta que ha llegado a trabajar. “He cogido el metro esta mañana y he pasado por Schuman (Comisión), Maelbeek (cerca del Parlamento) y Arts-Loi, donde tengo que hacer el cambio de línea”, recuerda, reconociendo que se ha quedado blanco al escuchar las primeras noticias. Su puesto de trabajo está en la parada de metro Rogier (a cuatro paradas de uno de los lugares donde los terroristas han atentado) y a él ha llegado a las 9,19 horas de esta mañana, sólo nueve minutos más tarde de que explotaran las bombas.

“Todavía estoy un poco en shock pensando qué podría haberme pasado si llego a coger el siguiente metro, pero bueno, he tenido suerte”, señala, al tiempo que relata cómo su jornada se ha dedicado única y exclusivamente a responder a familiares y amigos sobre su estado. “No hemos podido trabajar y nos han pedido que no salgamos de los edificios”, añade, haciendo memoria de su viaje a primera hora cuando ya sabían que había habido un atentado en el aeropuerto: “La gente iba leyendo las noticias en los móviles muy seria y tenía incluso miedo porque temía que algo más podía pasar”.

“Ahora estoy tranquilo”, concluye, para intentar quitarse el mal trago que ha pasado al darse cuenta de que sólo diez minutos le han separado de darse de bruces con la tragedia.

En parecida situación se ha encontrado Gonzalo Urbina, aunque a este otro riojano las noticias le han pillado en casa y de allí no se ha movido en todo el martes. “Nos hemos despertado con dos explosiones, una a las ocho en el Aeropuerto de Zaventem y otra a las nueve en la estación de metro de Maelbeek, muy cerca de las instituciones europeas. Yo trabajo en la Comisión Europea y no he ido a trabajar”, comienza su relato.

“Ahora mismo estoy en casa a la espera de las instrucciones de las autoridades federales”, prosigue, destacando que la gente continúa en sus viviendas o sus puestos de trabajo sin moverse de los edificios. “Se ha decretado el estado 4, la máxima alerta antiterrorista, como en noviembre. Aunque no es la primera vez que sufrimos este tipo de situación, sí es la primera en la que se golpea tan duramente a Bruselas”, indica Urbina.

Y ante la barbarie, un mensaje de fortaleza: “No obstante, cuando la fase de alerta máxima pase, volveremos a nuestra vida normal, que es la mayor prueba de fortaleza que podemos hacer frente a los terroristas”.

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