La novedosa acuñación del toponímico “Senda de los Elefantes” provocó numerosas confusiones entre los empleados circenses, que en épocas de tournée hacían pasear a sus paquidermos por la transitada calle Laurel, pensando que esa era la vía recomendada para su tráfico. Las numerosas quejas recibidas por las incomodidades que sufrían las cuadrillas de parroquianos a la hora del alterne, en una calle ya de por sí estrecha y transitada, hicieron que la autoridad municipal tomase medidas en el asunto, alejando el Recinto Ferial al otro lado del Ebro.
En la imagen, la afamada domadora de origen ruso Paqui Dermosyeva.