El fútbol (y la UD Logroñés) se transforma

La UD Logroñés logra sacar un punto ante el Celta B (1-1) y suma su cuarto partido consecutivo sin ganar

El fútbol es como la energía: ni se crea ni se destruye, se transforma. Salvo que seas Guardiola y lo (re)inventes o tu nacionalidad sea italiana y juegues por detrás de la línea que divide los dos campos del terreno de juego (hay diez posibilidades entre once de que esto sea así si juegas en la selección azzurra). El de la UD Logroñés ha mutado en los últimos partidos y, si nos aferramos a la posibilidad de que no puede ser destruido, ya que no cuenta Pouso con ningún italiano en sus filas (Borja García sería lo más parecido), este se ha transformado en un conjunto de pases que no van a ningún lado, pero que siempre encuentran a Iker Alegre sin que esto se transforme en victorias.

El asturiano ha marcado este domingo por tercer fin de semana consecutivo (Astorga, Arandina y Celta B), aunque su equipo no consigue sacar rédito a sus goles. Tampoco al mes de febrero. La peor racha de la temporada le ha llevado a sumar dos puntos en los últimos doce posibles y a dejar unas dudas en su juego que han hecho que reaparezcan los pitos en Las Gaunas después del descanso. Ha intentado animar la afición, pero una mano salvadora de Miguel (ha tenido dos esta tarde) le ha hecho reventar. También ha sacado otra Miguel Santos bajo palos en un córner.

Había runrún antes del encuentro. Hace pocas semanas todo giraba en torno al primer puesto y a alcanzar al Racing de Ferrol, pero las rachas en el fútbol son un carrusel que hacen olvidar pronto y cargar muy rápido las tintas. Este domingo todo eran dudas antes del comienzo, con el equipo y con el trío arbitral (ha pasado totalmente inadvertido). En la memoria, un fuera de juego inexistente y un penalti no pitado la semana pasada en el mismo escenario con distintos protagonistas. La semana pasada. Agua pasada. El nuevo reto, una nueva decepción.

Sin hacer ningún tiro a puerta es difícil ganar los partidos. Como mucho puedes empatarlos, aunque si tu rival, en este caso el Celta B, es capaz de combinar varios pases seguidos en la zona de peligro, es muy fácil que al final acabe conectando una jugada que te ponga por detrás en el marcador. Y así ha sido. Cuatro habituales en las convocatorias del primer equipo vigués como advertencia y un gol de Pedro han dejado a la UD Logroñés con la sensación de ser un equipo perdido y a la deriva. Queda liga. Mucha. Pero la distancia con el liderato se hace ya inalcanzable: nueve puntos.

Al menos ha habido reacción en la segunda parte. Cuando tienes todo perdido, lo positivo es que no puedes perder nada más. A eso se ha aferrado el conjunto blanquirrojo y en un fenomenal pase de Titi desde la banda ha encontrado la justa recompensa a sus ganas. Empate y gracias, que se suele decir en estos casos. Porque para nada más ha dado de sí un encuentro que vuelve a dejar fría a una grada que ha vivido antes de tiempo las mieles de sentirse poderosa. El fútbol, ese que ni se crea ni se destruye, pero que aparece y desaparece por momentos de la temporada, le ha devuelto a la realidad, a la pelea por mantenerse en el playoff con Racing de Santander, Tudelano, Pontevedra y Cultural Leonesa como enemigos.

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