Firmas

Sin pescado para vender

Para el Pleno de investidura de este sábado en el Ayuntamiento de Logroño no quedaba pescado. La Cofradía del Pez repartió el jueves 900 kilos de trucha (acompañados de pan y vino) en las antiguas murallas del Revellín y la alcaldesa Cuca Gamarra y el líder de Ciudadanos en la capital riojana, Julián San Martín, vendieron el resto en el Hotel Los Bracos el viernes. No ha habido cambio, pero sí regeneración: diecisiete de los veintisiete concejales son caras nuevas en el Consistorio logroñés.

Le ha costado al PP tomar protagonismo en la sesión. El número uno de Cambia Logroño, Gonzalo Peña, ha sido el encargado de pasar lista para que periodistas y público en general fueran familiarizándose con los nuevos ediles. Visto que no faltaba nadie, se ha pasado a la jura o promesa de los cargos. Para que todos salieran contentos se les ha hecho entrega a cada uno de una medalla como a los niños que participan en un torneo de fútbol infantil. Han pasado entonces por el atril central María Luisa Alonso (Ciudadanos), Rubén Antoñanzas (Partido Riojano) y Beatriz Arráiz (PSOE).

Una niña ha comenzado a llorar y me he puesto tenso. Los músculos se me han encogido y el corazón me latía cada vez más rápido. He mirado a los lados y nadie parecía sentir lo mismo que esa niña y que yo. ¿Es que no va a salir ninguno del PP? Me he recogido en el asiento y he empezado a pensar que Peña iba a tomar el Ayuntamiento por asalto como mandan los cánones de los políticos con el pelo largo. “Como le ha tocado en la mesa al ser el más joven, no llama a ninguno del PP y así no pueden votar“, he pensado. Pero la realidad siempre trunca mis espectáculos mentales. Ha salido Paloma Corres y entonces me he dado cuenta de que la cosa iba por orden alfabético.

Al llegar a la D de José Luis Díez la llorera de la niña ha sido insostenible y se la han tenido que llevar fuera para que todos pudiéramos escuchar como se le juraba y prometía lealtad al Rey, aunque fuera por imperativo legal como han señalado los miembros de Cambia Logroño. Han llegado entonces los gritos de ‘Sí se puede’ y los aplausos desde fuera del Salón de Plenos, donde había colocadas dos televisiones en las que varios simpatizantes de esta formación seguían el desarrollo de lo que acontecía de puertas para adentro y llamaban mentirosa a la alcaldesa en su discurso.

Mientras unos han celebrado esta decisión, a algún asistente de la tribuna superior no ha debido gustarle esta situación y le ha gritado “guarro” a Gonzalo Peña pese a que éste parecía haber salido duchado de casa. Al terminar el Pleno me he acercado a éste con disimulo por detrás para comprobar su olor corporal y no he notado nada raro, como tampoco he visto ningún movimiento extraño en su mano (varias veces le han increpado por poner la mano en el atril, la Constitución o vaya usted a saber qué).

Julián San Martín ha sido el único líder de su formación en no aceptar ser candidato a la Alcaldía este sábado aunque se había presentado a las elecciones para ello. Han procedido los concejales a una votación secreta en la que el número uno del PR+, Rubén Antoñanzas, en un ‘descuido’, ha tenido tiempo de twittear su papeleta con su nombre. “Y voto al Partido Riojano, no sé si saldré ;-))”. Pese a las dos caritas sonrientes, le han faltado trece votos: Cuca Gamarra (once), Beatriz Arráiz (siete), Gonzalo Peña (cuatro), Rubén Antoñanzas (uno) y abstenciones (cuatro). Todo sorpresas.

De nuevo como alcaldesa de la capital riojana y bastón en mano, Gamarra ha pronunciado el primer discurso de la legislatura en el que ha apelado al diálogo “que conduzca a acuerdos pensando en el interés de Logroño” y al espíritu de los ciudadanos logroñeses que en 1521 resistieron al ejercito francés. Visiblemente emocionada, ha tenido que parar en varias ocasiones porque las lágrimas brotaban de sus ojos y no podía continuar. No ha sido la única. Era el día de las emociones y las ilusiones renovadas de una ciudad multicolor.

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