La Rioja

Bienvenido, míster Sánchez, “estás en tu casa”

La caravana electoral del PSOE aterrizó este domingo en la tierra de su secretario de Organización, César Luena, quien le dijo a su líder, Pedro Sánchez, que La Rioja también era su casa. Extraña morada propia para los socialistas, pues no gobiernan en ella desde hace veinte años. Sin embargo, no fue eso obstáculo para que simpatizantes y afiliados le hicieran a Sánchez un recibimiento digno de la película ‘Bienvenido, míster Marshall’. Sobre todo en Arnedo, donde hizo su primera parada en una ruta que le llevaría más tarde a Calahorra y Logroño. Allí esperaban varias decenas de personas la llegada del número uno del partido bajo un sol de justicia, pero con toda la ilusión del mundo por acercarse a él. No desata las mismas pasiones que Jesulín en sus tiempos, cuando le caían los sujetadores al ruedo, pero casi.

Con más de media hora de retraso sobre el horario previsto -comentario al estilo ciclista- apareció Pedro Sánchez. Camisa y vaqueros. “¡Presidente, presidente!”. El caos comenzaba a desatarse. Se adelantaron entonces los candidatos Javier García (Arnedo), Beatriz Arráiz (Logroño) y Concha Andreu (La Rioja) como si estuvieran haciendo el paseíllo. Saludos, besos y una masa de personas incontrolable que se acercaba por detrás. Habría hecho falta una barrera de policías como había antaño en la cuesta de Santo Domingo en Pamplona para frenar a la gente. En menos de un minuto estaba más rodeado que Stalingrado.

– “No le he podido dar ni la mano”

– “Pues yo le he dado dos besos”

– “En la foto me he puesto así…”

Tras las incursiones al cuerpo a cuerpo con Sánchez, los arnedanos congregados en Puerta Munillo salían fuera de la zona de guerra para contar sus hazañas a sus compañeros de batalla. El líder socialista, mientras tanto, seguía con su carrusel de sonrisas, abrazos, selfies y apretones de manos. “Qué pobre” se convirtió en Trending Topic. La furgoneta era su escapatoria, el salvavidas al que aferrarse para seguir adelante. Le costó llegar como les cuesta a los toreros que salen por la puerta grande de Las Ventas, pero apareció sano y salvo. Por los pelos.

La furgoneta con la cara de Concha Andreu, también conocida como ‘la furgoconcha’ o ‘la conchoneta’, partió entonces hacia Calahorra. En su segunda parada le esperaba más gente y un carro de palomitas que lleva la candidata Elisa Garrido por toda la localidad. Los pinchazos son cosa del concejal Jesús María García. Sánchez comió palomitas, regaló rosas a las personas que se encontraban en el Paseo del Mercadal y se fue directo al autobús. Por su camino también se cruzaron miembros del Partido Riojano PR+ que se encontraban repartiendo propaganda de los regionalistas. “Toma, dale esto al jefe”, le vacilaba uno de ellos a un concejal calagurritano. También hizo su aparición por un instante un trenecito que el PP hace dar vueltas por el municipio.

Al montarse en el autobús de Pedro Sánchez, uno espera encontrarse una especie de ‘Air Force One’ de los autobuses electorales, pero nada más lejos. Todo normalidad salvo dos mesas en la parte trasera con cuatro asientos en cada una, wifi (clave: desocialismo) y una impresora. Allí atendió a la prensa local e hizo el último repaso previo al mitin, al igual que Concha Andreu, Beatriz Arráiz y César Luena, aunque a éste no paraba de sonarle el teléfono.

Llegados a Logroño, directos a la faena. Mitin. Frontón del Revellín. 1.200 personas aguardaban la llegada de los líderes socialistas. Era el día grande de la campaña para el PSOE de La Rioja. No faltaba nadie. Abrió fuego Luena parafraseando a Sabina: “Qué gusto da tocar en casa y qué gusto venir a casa con el próximo presidente del Gobierno”. Seguidamente echó al presidente y a la alcaldesa de Logroño: “Pedro María, a la calle. Cuca, a la calle”. Si Aznar el pasado jueves llamó Jesús a Sanz, este domingo le ha tocado que le llamen Pedro María. Nombre completo, como en el colegio. Se empieza por cambiar de nombre y se termina perdiendo una mayoría absoluta de cinco legislaturas.

Antes de dar paso a Sánchez, el número dos del PSOE no se dejó ningún tema de los polémicos en la cartera: “Mientras en estos años se hacían recortes en La Rioja, lo único que crecían eran los metros cuadrados del chalé ilegal del presidente”. El mismo símil utilizó para “los miles de euros de dinero negro utilizados para pagar la sede”. El festival de palos al PP continuó con el líder socialista hasta que se fue la luz. Y entonces no fueron los políticos sino el público quien acusó a los populares de sabotaje eléctrico: “Ha sido Pedro”. “Ha sido la Cuca”. Y se hizo el silencio, porque no había altavoces y querían escucharle. Sólo se oían los pájaros revolotear por los alrededores.

“Qué ganas tenéis de ganar al PP”, comenzó Sánchez, mientras la mitad del aforo utilizaba los carteles del ‘Gobernar para la mayoría’ como visera porque el sol pegaba de frente y con fuerza. Luego pidió disculpas por hablarle a la cámara, pero explicó que era la única manera en la que los españoles pueden comunicarse con Rajoy. Hubo risas. Y hubo más risas cuando siguió diciendo que “algunos tienen más suerte y les mandan sms aunque estén en la cárcel”. En los mítines siempre se juega en casa. Hasta en La Rioja.

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