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Desesperación en la barra del bar

Existen dos lugares para ver el fútbol: el estadio o el bar. La sensación de soledad y hastío que embarga al aficionado cuando su equipo juega fuera puede solventarse en la primera cerveza entre compañeros de sentimiento futbolístico. La barra se convierte en un lugar de encuentro entre almas atormentadas que sólo piensan en que los once tíos que saltan al campo con su camiseta ganen el partido que tienen por delante. La televisión pasa a ser el punto al que lanzar todos los insultos y maldiciones. Incluso las arrastradas desde el comienzo de la semana.

La Segunda B es una categoría olvidada para la televisión. Pocos son los partidos que se retransmiten y menos aún los bares que se atreven a poner a la escuadra local en sus pantallas si a la misma hora juegan el Madrid o el Barça. Suerte que este domingo se disputaba un Granada-Sevilla a la misma hora que el Racing de Ferrol-UD Logroñés, y menos mal que existen las teles autonómicas de Galicia y Asturias, comunidades que los pupilos de Carlos Pouso visitan con cierta frecuencia y de las que pocas veces sacan algo bueno.

El duelo se presentaba para ambos como el obstáculo más importante en su final de temporada, y así lo supieron apreciar hosteleros y afición. Varios bares en Logroño y alguno más repartido por la geografía riojana (Viguera, Albelda, Baños de Río Tobía…) citaron a sus parroquianos a las cinco de la tarde con el reclamo de un choque que iba a dilucidar las opciones de ‘asegurar’ el playoff para la UD Logroñés. Si no matemáticamente, sí anímicamente. Sin embargo, las ilusiones se esfumaron en la primera parte.

Un remate de Muneta que rechazó el meta Mackay, un larguero de Menudo en un mano a mano, un disparo de Chevi tras un perfecto control y un fallo de Miguel Martínez de Corta que aprovechó Joselu fueron casi todas las ocasiones que se produjeron en A Malata. El conjunto de Ferrol aprovechó la que tuvo y la UD Logroñés, no. Así de fácil. 1-0 y tres puntos que se quedan en Galicia, donde el cielo es siempre gris, pero donde este domingo lucía un espléndido sol que alumbró al delantero gallego para empujar el balón a la red tras una mala salida del portero riojano. Para más inri, Sergio Martínez, en su 29 cumpleaños, fue expulsado por doble amarilla.

Después del gol en contra, desesperación en el equipo entrenado por Carlos Pouso y falta de respuesta. Mismo sentimiento en la barra del bar. Resuellos y miradas perdidas. No había manera de meterle mano al encuentro. Ni siquiera los cambios que tanto resultado le han dado al técnico vasco funcionaron esta vez. Perdidos y sin pegada, al menos no recibieron el segundo tanto en contra. Mientras la UD Logroñés encallaba su barco en tierras gallegas, las cervezas dejaban paso a las cábalas, al calendario y a la clasificación. ¿Próximos rivales del Compostela? ¿Contra quién juega el Guijuelo la semana que viene?

La parte alta del Grupo I se aprieta. El conjunto riojano cae a la cuarta plaza (60 puntos) y el Racing de Ferrol le toma el relevo en la tercera posición (62 puntos). En la nuca de la UD Logroñés ya se siente el aliento del Guijuelo (58 puntos) y, algo menos, del Compostela (56 puntos). Quedan cuatro partidos. Más que nunca, cuatro finales. Si no se viven en el estadio, se vivirán en la barra de un bar.

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