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Anguiano-Ardoi: a rematar el trabajo para subir a Segunda Federación

Mateo celebra el gol ante la Oyonesa, que aseguró a su equipo el pase a la ronda nacional / Foto: CD Anguiano

Después del 0-3 cosechado en la ida ante el Ardoi, el Anguiano recibe a los navarros en Isla (domingo 17:30, canal de Youtube ElVIPPhotos) para completar su tarea y lograr un histórico ascenso a Segunda Federación con el campo a reventar. Sin embargo y pese al resultado de la ida, la euforia no ha llegado al vestuario. Así lo expresó Héctor Urquía, su entrenador a este medio, además de la dupla Íñigo San Martín-Moha, los veteranos. Nadie quiere alzar las campanas al vuelo antes de tiempo, antes de que pasen los 90 minutos de un encuentro y un pueblo de 500 habitantes pueda, ojalá, celebrar la mayor alegría deportiva de su historia.

Llega el último encuentro de una temporada larga: 34 encuentros en la liga regular y otros seis en la fase de ascenso. Fue un Grupo XVI donde los riojalteños lucharon por el ascenso directo hasta prácticamente la última jornada. Finalmente fueron cuartos (terceros en la práctica, pues el Calahorra B no disputó esa promoción) y se enfrentaron en semifinales riojanas al Varea (1-1 en el Ángel Aguado y 2-1 en Isla, tras la prórroga). Más adelante, su oponente fue la Oyonesa (1-1 en el Oion Arena y otro 2-1 en Anguiano, también tras 120 minutos). En ambos encuentros, a los riojalteños les valía empatar tras el tiempo suplementario, debido a su mejor clasificación.

Foto: SD Oyonesa

Y así fue como llegó el último paso, esta vez fuera de las fronteras riojanas. Había oponentes muy suculentos en el bombo, como el Salamanca, el Xerez, el Toledo, desplazamientos a las islas o filiales. Sin embargo, la suerte emparejó al Anguiano con su vecino, el Ardoi navarro, de Zizur Mayor. A favor, la poca distancia y a priori, un rival más “asequible” que otros de los 17 posibles. En contra, la pérdida de la esencia de lo que suele ser un playoff, con desplazamientos largos, noches de hotel y kilometradas por media España. Es decir, el formato antiguo de antes de la pandemia, que tanto hizo gozar a entidades como el Náxara en el pasado.

A pesar de que el sorteo no generó euforia en el vestuario anguianejo, su afición llenó el autobús puesto por el club y acudió al campo de El Pinar, en Navarra, con el fin de animar a su equipo ante el Ardoi. Y vaya si lo hizo, pues decenas de aficionados tiñeron de azul una grada que se convirtió en una fiesta. “Nunca había visto a tanta gente animándonos”, confesó Íñigo San Martín en este medio. En cuanto al encuentro, no fue nada fácil. Los navarros apretaron de lo lindo en la primera mitad y los visitantes aguantaron el arreón. Todo cambió cuando el colegiado expulsó a Monreal, el más talentoso jugador rival, por una agresión sobre Azofra.

Foto: Borja Rueda

Al jugar en superioridad numérica, pudo imponerse en el segundo tiempo, que quedará ya grabado para siempre en la historia del club. Joel colocó el 0-1, Urrecho aumentó la ventaja y Mateo puso el colofón con un 0-3. Un electrónico que es el más contundente de las nueve eliminatorias jugadas en esta fase de ascenso. Casi nada la hazaña conseguida. Clavada la pica en Flandes, falta asegurar lo conquistado y para ello faltan 90 minutos donde seguro que el Ardoi se entrega para conseguirlo. Por eso Moha, el que más veces ha vestido la zamarra del Anguiano, advirtió en este medio: “Hasta que no pite el árbitro, no damos nada por hecho”.

Queda el último paso para un grupo que quiere hacer historia. Empezando por Héctor Urquía, un entrenador que ha sacado el máximo a sus futbolistas. También para todos los futbolistas, como el veterano guardameta Raúl Heras, los arquitectos del vestuario Íñigo y Moha, la juventud de Marcos Voltarel y su madre, que ha recorrido más de 10.000 kilómetros para visitarle.  Y por supuesto, una recompensa para la familia Neila, responsable de que el club viva y haya llegado hasta aquí. Desde 1995, entregados por el equipo de su pueblo y construyendo arraigo e identidad. Después de tanto trabajo, puede llegar el broche de oro a casi tres décadas de sacrificio.

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