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El Anguiano, la pasión de una familia: “Pasé los mejores años de mi vida deportiva”

Foto: CD Anguiano

El Anguiano jugará este domingo la vuelta de la final por el ascenso a Segunda Federación ante el Ardoi (domingo 17:30, Isla). Lo hará tras haber conseguido un 0-3 en Navarra. La tarea está encarrilada, pero no hecha, como bien declaró Héctor Urquía, su entrenador, en este medio. Fundado en 1995, la entidad serrana se establece en torno a una familia. Y quién mejor que los históricos que han pasado por el club para saber qué es esa entidad. NueveCuatroUno ha hablado con Javi Adán, Rubén Saénz “Chiri”, su máximo goleador Joseba del Campo, Josean Gutiérrez y ‘Richi’ Pascual para entender mejor qué es este club.

Pocos conocen mejor el CD Anguiano que Javi Adán, que pasó cinco temporadas como jugador (cuatro fases de ascenso entre 2017 y 2012) y otras dos como entrenador, entre la 2021/22 y 2022/23, donde jugó otros dos playoffs. Pocos conocen al Anguiano mejor que él. El ahora técnico en el juvenil B de la UD Logroñés explica a este medio los tres cimientos en las que se basa el club. En primer lugar, la familia Neyla, como directiva y que “se deja la vida por el club”. En segundo lugar destaca el trabajo de Héctor Urquía, el actual entrenador, que fue su segundo y con el que le une una estupenda relación. Y además, recalca el gran ambiente que existe en el vestuario, con futbolistas como Íñigo y Moha “artífices de la familia que se ha creado”.

Celebración de Mateo del gol que marcó frente a la Oyonesa / Foto: CD Anguiano

No se puede comprender el Anguiano sin la familia Neyla, del pueblo y propietarios de una empresa de construcción. “Sin ellos, no existiría el club”. Así de cariñoso se muestra Adán hacia ellos. Javi habla de Josemi Neyla, padre, como clave, siempre acompañado por su mujer: “Siempre estaba en los entrenamientos, íbamos todos juntos a un bar, hacía comidas en su merendero en los cumpleaños”. Los años no pasan en balde y ahora es Josemi Neyla, hijo, quien está más presente en el día a día del club. Adán menciona también a la hermana, encargada de gestiones económicas, subvenciones como el ‘Impulso 23’ u otras ayudas al fútbol modesto.

Mucho trabajo detrás de un equipo de pueblo de 500 habitantes, con un presupuesto medio-alto para la Tercera riojana, pero pequeño en relación a la mayoría de rivales clasificados en esta ronda de playoff. Nada que ver su realidad con la de conjuntos como el Toledo o el Salamanca. Para muestra, algunos detalles: el entrenador suele asumir funciones de preparador físico, los jugadores se lavan sus equipaciones y no hay utillero como tal. Adán sí destaca la función de Manolo, un hombre del pueblo: “Se encarga de abrir el campo, abre el bar y suele ir a por los balones. Isla no tiene luz, se juega siempre a las 15:15 o 15:30 en invierno y él está ahí a las doce”.

El campo es otra particularidad de este equipo. Sin apenas gradas, reúne a pocos, pero incondicionales. Decenas de aficionados fieles, veteranos que no ceden ni en los peores momentos. Al revés: “Aquí no hay presión, apoyan siempre”. Todo ello, en uno de los entornos más bonitos del fútbol modesto, a los pies de la Sierra de la Demanda y rodeado de naturaleza. Si finalmente llega el ascenso, Isla no cumple los requisitos mínimos de Segunda Federación: 3.000 espectadores y un mínimo de 500 lux. Listones muy altos para un equipo que suele luchar por el playoff, pero que nunca se ha visto en una fase final de ascenso.

Desplazamiento de la afición en un playoff de ascenso. / Foto: CD Anguiano

Adán conoce tantos detalles porque mantiene muchos amigos allí. El principal de ellos, Héctor Urquía, el entrenador del Anguiano. “Estaba de segundo conmigo y es un gran entrenador. Hablamos todos los días”. También conoce a muchos futbolistas actuales, pues cuando fichó por el club, entró con cinco jugadores. Son Voltarel, al que incorporó “en una excursión”, Pavía, Joel Barcina, Samuel Azofra y Jorge Olarte. Piedras angulares de un vestuario que conoce bien: “Íñigo y Moha son los veteranos, los que renuevan siempre, pase lo que pase. También Héctor. Llevan mucho tiempo y son los responsables de que haya tan buen ambiente”.

De ahí se puede explicar el resultado de esta temporada. Cuartos en liga regular, y tras apear al Varea y a la Oyonesa, se han plantado en el último partido de la final por el ascenso a Segunda Federación. Algo que ninguno de los cinco protagonistas de este reportaje pudo lograr.

“Los años más bonitos a nivel deportivo”

Siembra pasada, cosecha futura. Y es que el Anguiano ha plantado su porvenir. Comenzó en Regional y jugó su primera temporada en Tercera en la 2004/05. Ahí es cuando recaló Joseba del Campo, que se convirtió en su ‘pichichi’ con más de doscientos goles anotados en diez temporadas, hasta 2014. A sus 45 años, todavía sigue jugando en Tercera. Y sobre el Anguiano, solo guarda buenos recuerdos: “Todos ayudan, todo el pueblo está al pie del cañón. Todo el mundo ayudaba en todo. Neyla (el presidente), quitaba la hierba, pintaba el césped. El ambiente era espectacular. Venía a Logroño con dudas y pensándome incluso la retirada, pero fue inolvidable. Jugamos seis playoffs”.

Otro de los que estuvo en esa época fue Rubén Saénz ‘Chiri’, que defendió la zamarra del club desde 2006 hasta el 2013/14. El ex entrenador de equipos como el Náxara lo tiene claro: “He pasado allí los momentos más bonitos que recuerdo de mi vida deportiva. El primer playoff fue muy especial, fue el primero desde que llegamos a Tercera. Se juntó un gran equipo, fueron llegando jugadores del pueblo y se creó un vestuario muy bonito. Una familia”. Muchos años de “trabajo invisible”, de conocerse, de mantener bloque, de relaciones personales, que han desembocado en el éxito de esta temporada. ‘Chiri’ recuerda ese playoff frente al Deportivo B, al final de la 2006/2007: “Se nos escaparon vivos”. En efecto, 2-1 en Anguiano y derrota 4-1 en Riazor.

Once inicial del Anguiano en el playoff frente al Deportivo B, Riazor / Foto: CD Anguiano

En aquel cruce coincidieron Adán, ‘Chiri’, Joseba del Campo y también Ricardo ‘Richi’ Pascual, actualmente en la cantera de la UD Logroñés. “Llegué el año que jugamos el primer playoff (2006/07). Fue la primera piedra para lo que vino después (cinco fases de ascenso más hasta la 2013/14). Tras cuatro rondas frustradas (Deportivo B, Linense, Castillo y Portugalete), los riojalteños rompieron esa barrera tras apear al Novelda (2011/12), para caer en semifinales, frente al Olímpic de Xátiva. Ese pase se repitió en 2013/14, pues la entidad eliminó a la Peña Deportiva y quedó eliminado frente al Betis B, en el Benito Villamarín. “Ahí colgué las botas”, recuerda Richi. También se acuerda de Neyla: “Fomentaba el buen ambiente, si iba regular, nos daba cariño”.

Una etapa exitosa que también vivió Josean, segundo entrenador en la Oyonesa durante esta temporada y con cuatro temporadas en el Anguiano como experiencia (2007-08 hasta 2011-12): “Fueron cuatro años muy bonitos, se volcaron con nosotros y nos juntamos muchos ex compañeros”. Tal y como cuenta, se juntaron muchos ex compañeros: “Todos éramos de la cantera del CD Logroñés y nos conocíamos. Seguimos teniendo más relación fuera del fútbol. Éramos muy amigos y seguimos siéndolo”. Su caso, además, es especial. Los caminos del fútbol enfrentaron a la Oyonesa, donde ahora trabaja, con el Anguiano, en la final riojana del playoff: “Fue un partido contradictorio por los sentimientos que tengo hacia el Anguiano”.

Tras tantas vivencias es muy posible que los cinco coincidan en Isla este fin de semana. ‘Chiri’ quiere que sus “amigos vivan un momento bonito” y ‘Richi’ Pascual ya tiene preparados “los caparrones” para comer en el bar de referencia. Viejas costumbres que se mantienen en un club donde lo humano, desde la directiva a los jugadores, ocupa una magnitud de primer orden. Y a juicio de los que lo vivieron, bien puede explicar el éxito.

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