Salud

La Rioja, sin médicos de familia: “No se elige lo que no se conoce”

La Rioja, sin médicos de familia: “No se elige lo que no se conoce”

Hay un problema y no sólo es riojano. Las personas que aprueban el MIR no quieren ser médicos de familia. A pesar de que después el puesto está asegurado en cualquier región de España por la gran demanda que existe de profesionales, los futuros médicos no optan por esta especialidad. Así al menos se desprende de los datos de los últimos años. Entre las convocatorias de 2017 y 2023 se han ‘rechazado’ 803 plazas y en esta última convocatoria la situación ha ido a peor. De las veinticinco plazas ofrecidas en La Rioja han quedado sin cubrirse un total de nueve.

Las razones son muchas y sencillas según los sanitarios que llevan años ejerciendo esta especialidad. Ana Bas es médico de familia en Ezcaray, además de presidenta de la Sociedad Española de Médicos de Familia de Atención Primaria en La Rioja. Lo tiene meridianamente claro. “La primera razón es que no se conoce la especialidad. En las universidades prácticamente no se habla sobre Medicina Familiar. No hay asignaturas de Atención Primaria. Desde hace algunos años, en algunas universidades se habla algo de esta especialidad, pero nada que ver con el resto de las especialidades que tienen asignaturas propias. Prácticamente no se rota por los centros de salud durante la carrera”.

“Por no existir, no existe ni una cátedra de Medicina Familiar”, explica Bas, en contraposición de lo que pasa en la mayoría de las universidades europeas. Así, saca la conclusión de que “no se elige lo que no se conoce”. En los mismos términos habla el médico de familia Alfonso Jiménez. “No se ama lo que no se conoce y los estudiantes no conocen esta especialidad tan maravillosa, que además es la más interdisciplinar de todas”. Él llegó a la Atención Primaria de rebote. “Empecé con ginecología y luego pasé a la Atención Primaria. No me he arrepentido nunca del cambio porque es una especialidad maravillosa”.

El desconocimiento no es el único problema. “Además se nos cuida poco”, asegura Ana. No habla tanto de la situación laboral como del reconocimiento profesional. “Somos una especialidad como cualquiera de las que hay y, sin embargo, parece que somos médicos de segunda y nada más lejos de la realidad”. Lo ve hasta en sus propios compañeros de la hospitalaria. “No son todos, ni mucho menos, pero a algunos les parece que somos sus secretarias y que sólo estamos para dar citas”.

Pone otro ejemplo de falta de consideración con la especialidad, un ejemplo que se está dando en prácticamente todos los servicios de Salud. “Se está contratando a gente sin el MIR para hacer nuestras funciones y eso desincentiva a la gente a estudiar la especialidad. ¿Para qué van a hacerlo si sabes que te pueden contratar sin haberla hecho? ¿Harían lo mismo con un cardiólogo o con un anestesista?”.

Entiende que la situación de la pandemia motivó a este tipo de contrataciones, pero asegura que es el momento de rescindir esos contratos. “A mí personalmente me daría mucho miedo enfrentarme a una urgencia o a una guardia -estos contratos no permiten que se hagan cargo de cupos- si no tengo la especialidad necesaria”.

Como tercer eje pone encima de la mesa los sueldos. “Los residentes riojanos son de los que menos cobran de todo el país”. Pero va más allá. “Una vez que se termina la residencia, aunque no es el caso de esta comunidad, los contratos en muchos casos son precarios y resulta muy complicado conciliar. Eso no ayuda a que personas a las que les ha costado mucho esfuerzo formarse elijan la especialidad”.

Tampoco echa en saco roto la falta de comunicaciones de La Rioja. “Al final la gente joven quiere moverse, viajar o volver a su casa si son de fuera, y en este aspecto en La Rioja lo tenemos muy complicado porque es una comunidad con unas comunicaciones pésimas con el resto de España”.

Además, la visión que se está dando de la profesión tampoco ayuda. “Es verdad que hay mucho estrés y mucha demanda y eso resulta un poco agobiante para el que comienza pero es una especialidad maravillosa”. Y aquí vienen todas las ventajas de optar por la medicina familiar. “Es una maravilla la cercanía que tenemos con los pacientes, con su entorno, con sus situaciones, somos los que vemos al paciente en su conjunto, como persona”. Por otra lado se trata de una especialidad multidisciplinar. “Tenemos que saber un poco de todo, somos capaces de sacar adelante cualquier situación con la que nos encontramos”.

Ana es conocedora, además, de lo bien que se enseña a los residentes en esta especialidad. “En La Rioja hay tutores maravillosos que colaboran con la formación de los residentes por el simple hecho de que conocen muy bien su especialidad y porque están encantados de formar a personas en el ámbito de la Medicina Familiar”. Ella tiene a su cargo a dos residentes. “No te llevas nada a cambio y supone mucho trabajo pero es maravilloso transmitir lo que sabes y poder formarlos, incluso a veces aprendes de las nuevas cosas que ellos traen en su conocimiento”.

Por otro lado, como médica rural, alaba su trabajo. “Aquí en el mundo rural prácticamente no hay listas de espera, yo atiendo a mi gente si puedo en el mismo día y si no, como muy tarde, al día siguiente, es maravilloso trabajar en un pueblo como Ezcaray”.

A pesar de todo, la situación en la que se encuentra la Atención Primaria ante la falta de elección de especialidad por parte de los residentes es preocupante. “Es que no es que seamos la puerta de acceso al sistema, es que somos el eje central del sistema y si nos cargamos la Atención Primaria todo se va al traste”.

Para Ana se trata de un problema que viene de lejos. “No se han hecho las previsiones de las jubilaciones que iba a haber y no se han sacado durante años las plazas necesarias. Eso ha hecho que el sistema se tensione”.

La solución para ella es sencilla: más conocimiento de la especialidad en las universidades, mejores condiciones de los residentes, más prestigio entre los compañeros y los propios usuarios y, en La Rioja, mejores sueldos para los residentes y mejores comunicaciones, solucionarían un problema que puede ser muy grave para el sistema sanitario.

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