El Rioja

‘La curva en J’, una relación entre el consumo moderado de vino y la salud

El presidente de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (Fivín), Ramón Estruch. | Foto: EFE/Raquel Manzanares

Estudios científicos corroboran la existencia de la denominada «Curva en J», que establece una relación entre el consumo moderado de vino y una disminución del riesgo de mortalidad. Esta relación sugiere que quienes disfrutan del vino con moderación tienen una esperanza de vida mayor que aquellos que se abstienen de su consumo o que lo hacen en exceso, un hallazgo de considerable importancia científica.

Esta es una de las principales conclusiones trasladadas este miércoles por el doctor Ramón Estruch, presidente de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), en la sede del Consejo Regulador de la DOCa Rioja. Estruch, una de las figuras más respetadas en la investigación sobre Dieta Mediterránea, ha destacado que «este descubrimiento es fundamental, ya que refuerza la idea de que el vino puede ser parte de un estilo de vida saludable, siempre que se consuma de forma moderada. La moderación es clave y debe ir acompañada de una alimentación equilibrada y ejercicio físico regular».

«Se considera que un 20 por ciento de los efectos beneficiosos de la dieta mediterránea para la salud global se deben al consumo moderado del vino», pero «tiene que consumirse con moderación y dentro de un patrón saludable», ha incidido. Respecto al vino tinto o blanco, la evidencia científica demuestra que, por el contenido de polifenoles, es más saludable la ingesta de tinto y con un promedio diario de entre 10 y 15 gramos de alcohol, que es el equivalente a una copa, y siempre asociado a la dieta mediterránea.

Una copa de vino al día

También hay indicado que se considera más saludable la ingesta de una copa de vino al día, junto a la dieta mediterránea, que tomar, por ejemplo, varias copas de vino en un único día, como puede ser el fin de semana y sin comida.

Además, desde el punto de vista cardiovascular, es más saludable la ingesta de una copa de vino tinto a la hora de la cena que durante las comidas. Ha destacado que hay evidencia científica de que el vino, tomado con moderación, también protege de riesgos cardiovasculares e, incluso, con una ingesta moderada, no tiene efectos hepáticos.

«El vino ayuda al bienestar social y cada vez se relaciona más» con su efecto asociado a la alimentación e, incluso, por la noche, «también tiene un efecto relajante y que ayuda a descansar», según Estruch.

Ha asegurado que el vino tiene alcohol y su consumo en exceso es procancerígeno, pero tiene polifenoles, que son compuestos bioactivos y cuyo consumo moderado protege contra enfermedades degenerativas y el cáncer.

El presidente de FIVIN ha destacado la importancia de tener estudios científicos en el ámbito de las propiedades saludables del vino y ha lamentado que no existan ayudas específicas públicas para ello; mientras que esta Fundación, con el patrocinio de la Interprofesional del Vino de España, convoca becas para proyectos de investigación sobre el vino, la nutrición y la salud.

Por su parte, Ezquerro ha destacado el interés de los trabajos que desarrolla Fivin en el ámbito científico y ha incidido en que el Consejo Regulador del Rioja considera importante difundir y concienciar sobre los beneficios que aporta el consumo moderado del vino dentro de la dieta mediterránea.

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