La huelga convocada en bachillerato este viernes ha tenido un seguimiento bajo en La Rioja, según han afirmado a los periodistas varios de los portavoces de las asociaciones de alumnos convocantes, quienes lo han achacado a las presiones y coacciones registradas en diferentes centros educativos para no secundar esta movilización.
Alrededor de un centenar de estudiantes se ha concentrado en Logroño, frente a la Delegación del Gobierno de La Rioja, para protestar por la indefinición que existe en torno a la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) de este curso.
Durante más de media hora, este grupo de jóvenes ha gritado diferentes lemas y ha exhibido pancartas con textos contra el Ministerio de Educación, en favor de una educación superior gratuita y sin trabas de acceso para los alumnos de bachillerato.
Poco a poco estos estudiantes han accedido a El Espolón, frente a la Delegación del Gobierno, sin ocultar su malestar por el comportamiento de algunos profesores y de las direcciones de varios centros.
Alguno ha reconocido no haber encontrado trabas para secundar la jornada de huelga, en la que debían rellenar un permiso para justificar su ausencia en virtud del derecho a reunión que tienen; pero frente a ellos, el comentario general era el de profesores que han determinado que este viernes habría examen o que la materia de este día irá a ejercicio.
Además, han llegado a explicar que hay centros -aunque han eludido decir cual- en los que los permisos recogidos entre los alumnos «se han perdido» con lo que la falta de este día quedará como no justificada.
Con estas incidencias la movilización no solo ha perdido fuerza y participantes, sino que su motivo casi ha quedado eclipsado por la realidad que han encontrado unos estudiantes que solo pretenden llamar la atención «sobre algo que se está haciendo muy mal a pesar de lo mucho que nos jugamos».
Definir un modelo
Zakaria El Abboubi es uno de los estudiantes que no ha tenido dificultades para sumarse a esta movilización, porque no ha encontrado trabas en su centro «pero es una excepción», ha afirmado este alumno de segundo de bachillerato de ciencias, que ha recalcado que «la situación en la que nos vemos es especialmente mala para quienes queremos optar a carreras con nota de corte alta».
Él aspira a cursar los estudios de Ingeniería Aeroespacial y por ello «es bastante malo no tener todavía claridad ni siquiera del modelo de examen que vamos a tener que hacer o del temario» porque «podemos estudiar cosas que no van a entrar y al revés y eso supone un gran perjuicio de tiempo» y «además, tampoco podemos empezar a preparar una prueba de la que no se sabe nada, si va a tener un contenido memorístico o va a ser más competencial».
Ha admitido que «hay profesores que tratan de avanzar» pero «no es suficiente y se tendría que haber hecho antes» y «además esos esfuerzos son algo individual y también hay profesores que no tienen ninguna empatía con nosotros y piensan que esta jornada de hoy es un ataque contra ellos», ha asegurado.
En la misma línea, otra alumna, Erika Betizagati, ha subrayado que «está justificado que estemos aquí» porque «queremos ya que se nos informe de una prueba definitiva, porque aunque sea en junio ahora mismo estamos estudiando cosas que no sabemos si van a entrar o no».
Ha asegurado que en su centro «les ha costado mucho ceder para que podamos estar aquí» porque «nos repetían que no hay motivos reales para esta huelga».
«A algunos nos ha dado igual el que nos vayan a poner una falta, porque creemos que hay motivos más que razonables para protestar, pero sabemos que hay alumnos que no han venido por las amenazas y por las presiones que se han ejercido sobre ellos», ha concluido.
Trabas burocráticas
La presidenta del Consejo de Estudiantes de la Universidad de La Rioja, Aroa Villoslada, que ha respaldado esta movilización ha incidido en que «no solo queremos protestar por lo que ocurre en torno a la prueba de selectividad, sino por la existencia de un ejercicio que hace que nos dejemos la salud mental para competir por unas plazas de acceso a un sistema educativo que debería ser libre y gratuito».
Ha denunciado los «problemas burocráticos» que ha habido en muchos centros para poder hacer huelga «y las amenazas que ha habido en varios centros, donde directamente se les ha dicho a los estudiantes que si hoy no iban a clase tendrían un parte».
Sobre este tema, desde la Consejería de Educación han explicado a EFE que no tiene datos de la ausencia de alumnos porque por ley los estudiantes tienen derecho de reunión, si lo han pedido con antelación y son los propios centros los que contabilizan las faltas de asistencia, sin justificar el motivo.
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