La Rioja

La otra vuelta al cole

El inicio de curso tras las fiestas de San Mateo vuelve una vez más con sabor a enero y en los centros educativos lo saben mejor que nadie. Con su llegada, da paso a un nuevo año escolar que a la vez trae consigo caras nuevas, asignaturas nuevas e incluso, para algunos, centros nuevos. Centros que influyen, y mucho, en la vida del barrio en el que se encuentran.

Más allá de los típicos negocios que sí dependen en gran medida del sector educativo, como  las copisterías o papelerías, hay otros que no dependen tanto de él, como es el caso de los bares y las cafeterías. Lugares que, sin embargo, son habituales puntos de encuentro tanto de profesores como de alumnos en sus horas libres.

Las vacaciones de verano suponen un alto en el camino que dejan prácticamente huérfana a la hostelería más próxima a los centros educativos. Es por eso por lo que la vuelta al cole del mes pasado ha supuesto un antes y un después en la actividad de muchos establecimientos.

Elena García, dueña de la cafetería Campi, en la calle General Urrutia frente al IES Batalla de Clavijo, comenta que ha empezado «estupendamente». El colectivo de profesores y alumnos es el público más habitual que tiene y por eso «ha notado mucho la vuelta».

Situada en la calle Duques de Nájera a escasos metros de Jesuitas, Toten es otra de las cafeterías que también ha apreciado en gran medida el regreso a las aulas. Ibrahim Ahmad, propietario del local, reconoce que han tenido «mucho curro» desde la primera semana del curso; «pero, bienvenido sea», señala.

Iñaki Santibáñez, uno de los jefes de la cafetería Tarasca, ubicada en la calle Siete Infantes de Lara frente al IES Tomás Mingot, es quien termina de confirmar que la vuelta al cole ha sido clave en el aumento del número de clientes. Pero, en su caso la subida se nota «sobre todo por el profesorado», incide.

Y es que, aunque las tres cafeterías han vivido la misma experiencia desde la primera semana de clases, el tipo de clientes al que atiende cada una es bastante distinto. Por su parte, Iñaki, al tener la cafetería situada junto a un centro de salud, recibe a un público más adulto, por lo que «no vienen apenas los chavales», apunta. Elena no lo tiene muy claro: «Vienen todos y se juntan aquí todos», así que se decanta por un cincuenta cincuenta. Ibrahim, por otro lado, atiende sobre todo a los jóvenes, a los que no duda en recibir con los brazos abiertos: «Intento mimarlos mucho para que se encuentren cómodos y logren desconectar de verdad», afirma.

Sota, caballo y rey

En todos ellos los clientes pueden elegir entre numerosas opciones. Tarasca destaca por su amplia variedad de pinchos. Campi no tiene una carta cerrada y varía ligeramente lo que ofrece según la temporada: «El matrimonio y la tortilla son fijos; pero ahora en invierno haré caldo y otros años para Semana Santa he hecho torrijas», cuenta Elena. Toten también ofrece una gran variedad de opciones, aunque quieren empezar a tener más alternativas para los desayunos.

Sin embargo, a pesar de la gran variedad de opciones que tienen los tres, tanto de comida como de bebida, una de las cosas que no trae consigo el comienzo de un nuevo curso es un cambio en el consumo. A pesar de las diferencias entre los clientes más frecuentes de cada uno, la mayoría de la gente pide prácticamente lo mismo y no se sale mucho de lo típico.

En cuanto a las bebidas, el café se erige como la opción estrella entre todos los públicos; aunque no son pocos los clientes que se animan a tomar una cerveza al final de la jornada.

Respecto a las comidas, los aperitivos salados logran imponerse sobradamente ante los dulces y la tortilla de patatas se corona como la reina. Aunque también los bocadillos, sin importar el relleno y el tamaño, son la apuesta segura para muchos, «sobre todo porque alimentan más y se lo pueden llevar», explica Elena.

A pesar de lo duro que puede ser volver de las vacaciones, ellos han empezado la vuelta al cole con buen pie. Pero, el curso no ha hecho más que empezar y como dice Ibrahim: «no es una carrera de 100 metros, sino una maratón». Elena recoge el testigo, no quiere adelantarse: «en dos meses podré hacer un balance más amplio. Pero, de momento muy bien».

Así que, hasta que no llegue el final del curso, no podremos ponerle nota. Pero esperamos que el balance sea sobresaliente o, al menos, igual de notable que el comienzo.

Sigue el canal de WhatsApp de NueveCuatroUno y recibe las noticias más importantes de La Rioja.

Subir