La Rioja

Cristina García gana por octava vez el concurso de Güeñes

Puede parecer fácil, pero no lo es. Lograr ganar cualquier concurso durante ocho años necesita de imaginación, originalidad, constancia y muchas -«muchísimas»- horas de trabajo. Que se lo digan a la calagurritana Cristina García. La diseñadora ha vuelto a triunfar en Güeñes en el concurso internacional de trajes de papel y lo ha hecho con ‘El patio de Maricarmen’, una emotiva oda a los patios de sus tías, donde tantas horas compartió con sus primas durante su infancia.

«Hay que currárselo mucho, meter muchas horas», confiesa Cristina. Desde que comenzó a confeccionar el traje, el pasado 29 de julio, las horas dedicadas al proyecto son incontables. «Medio verano lo he pasado con esto, y ahora, con el inicio de las clases en la ESDIR, los madrugones han sido diarios». La dedicación ha sido tal que durante semanas se levantaba a las cinco de la mañana para poder terminarlo. «Creía que no iba a llegar a tiempo».

Este año, no pensaba participar. «Necesitaba un descanso», admite. Pero cuando la organización del concurso la llamó, no pudo decir que no. Y menos mal que lo hizo, porque cada vez el nivel es más alto, sin embargo, de nuevo se ha vuelto a hacer con el primer premio. Y eso que «cada vez hay más calidad, hay gente con una destreza increíble. Da un poco de pena que no todos puedan llevarse un premio. A veces resulta algo injusto», reflexiona.

La tarea de crear algo nuevo y sorprendente se vuelve cada vez más difícil. «Parece que las ideas se van a acabar», pero de repente surge una chispa. En esta ocasión, esa chispa llegó del fondo de sus recuerdos: aquellas tardes en los patios de sus tías, jugando con sus primas. «Quise plasmar ese calor, esos abanicos de las personas mayores, las flores, los azulejos… todo lo que hacía de esos patios un lugar especial de reunión familiar».

El resultado ha sido un impresionante vestido de faldón, con guiños también al mundo taurino.»Me encanta la vestimenta relacionada con la Fiesta Nacional», dice, mencionando la capelina que acompaña el conjunto. El traje, confeccionado con papel pinocho y fibra, destaca por sus llamativos colores, pero también por la complejidad de su creación. «Me tenías que ver con todo el vestido por la cabeza para poder meter la máquina de coser», relata entre risas.

Una vez más, su hija Elisa ha sido la encargada de lucir la creación en el concurso. «El privilegio es mío, de que quiera seguir vistiendo mis trajes», dice Cristina con orgullo.

Ahora, tras otro año de éxito, Cristina tiene claro que necesita un descanso. «Lo más probable es que el año que viene no participe. Quiero disfrutar de un verano completo». Aunque sabe que le costará no estar ideando algo nuevo, está decidida a tomarse un par de años de respiro. «Quiero empezar a disfrutar de otras cosas», asegura.

En Güeñes echarán de menos sus trajes, y en La Rioja el poder seguir sacando pecho por los pasos de esta incansable diseñadora que, una vez más, ha dejado su huella.

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