La Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) ha alertado de que el sector vitivinícola alavés se enfrenta a «una de sus peores crisis en décadas», principalmente por la falta de relevo generacional y la escasa rentabilidad del producto.
Abra ha difundido este miércoles un manifiesto en el que asegura que ente 2015 y 2023 han cerrado 96 bodegas al pasar de 358 a 262 y, además, se han perdido unos 700 empleos. Ha señalado que se ha producido una «drástica» reducción en los márgenes de beneficio por la caída de los precios de la uva y del vino combinada con un aumento de los costes de producción.
«La grandes distribuidoras han ganado terreno y han dejado a las bodegas familiares en desventaja», ha asegurado, una concentración «de poder» que ha generado un «monopolio» que perjudica a los pequeños productores y a quienes luchan por mantener la calidad en un mercado que prioriza la cantidad.
Además, ABRA ha considerado «vital» que haya una diferenciación de los vinos alaveses debido a la «confusión» existente entre los consumidores con respecto a La Rioja y la Rioja Alavesa, lo que se ha convertido en «un obstáculo significativo» para la comercialización de sus productos en País Vasco.
La asociación ha exigido medidas estratégicas para asegurar la supervivencia del sector, concretamente a través de la formación y el empleo juvenil y mediante un apoyo mas sólido a las bodegas familiares de la comarca. ABRA lanzará una campaña el 25 de septiembre bajo una marca «colectiva privada» con el objetivo de resaltar la «singularidad y la calidad de los vinos alaveses» para asegurar una mejor diferenciación en el mercado global.
Asimismo ha hecho un llamamiento a los responsables institucionales para que realicen un análisis integral de la situación de la comarca y ha reclamado medidas de apoyo político y económico.
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